- Alguno podría pensar que el hecho de haber realizado buena parte del camino de su primer álbum durante el confinamiento está detrás del hecho de que ambos conformen un dúo de temática apocalíptica, que toquen con algunos instrumentos reutilizados -como una guitarra con cuerpo de lata de aceite-, y que canten con máscaras de gas a través de micrófonos de fabricación propia incorporados a las mismas. Pero no. La idea les venía rondando a Luis Carlos y Joel desde hacía ya un tiempo, antes de que nadie pudiese imaginar si quiera todo lo que está sucediendo desde el pasado mes de marzo.

Fue en el Azkena Rock Festival, en los dos recintos cubiertos que conforman el espacio Trashville, donde ambos -que ya tienen experiencia por separado en la escena local- empezaron a idear su proyecto actual. "Nos mola el ruido, el tipo de propuestas que se pueden ver allí, esa filosofía del Do It Yourself y estábamos con la coña de hacer algo parecido entre los dos", explica Joel. Así nació Negra Cucaracha Terrorfolk, aunque cuando estaban uniendo los mimbres necesarios llegó el coronavirus. "Lo bueno es que nos dio la pauta para hacer la estética con las máscaras de gas y el look postpandémico. Parecía que el covid nos iba a matar, pero, al revés, nos ha hecho tirarnos a la piscina cultural vacía que hay ahora".

El resultado de este trabajo se va a materializar este viernes en la publicación de su primer trabajo discográfico, un álbum homónimo de 11 canciones en su versión digital y 12 en el formato físico. La cuenta atrás ya está en marcha, por tanto, aunque se pueden disfrutar de dos adelantos: uno en Youtube con el vídeo de The Maggot; y otro en Spotify y otras plataformas con el audio de High Lonesome Sound. Todos los temas han sido grabados durante la desescalada en los vitorianos locales de Laklabe, dando forma a canciones en las que se habla "de ese terror clásico de Edgar Allan Poe, del que se plasma en las películas de Serie B, del que está... Bueno, es que tirarse toda la cuarentena viendo películas de terror tenía que servir para algo", describe Joel, que en esta propuesta canta al mismo tiempo que toca el banjo y la batería con los pies, mientras Luis Carlos le da a la singular guitarra, sin perder de vista que ellos se están encargando de todo, es decir, de lo musical y no solo, merchandising incluido.

"Nos conocemos desde jóvenes, de cuando todavía funcionaba la zona del Troner y el Área 51. Siempre que nos veíamos, alguno de los dos estaba tocando la guitarra y el otro le decía que tenía que montar una banda, y viceversa. Y después de 10 años, hemos conseguido hacerlo", sonríe Joel, al tiempo que apunta que el dúo parte de esa idea de mezclar el folk americano con el horror punk "haciendo mucho ruido aunque solo seamos dos personas".

Aunque el covid-19 haya hecho sus aportaciones indirectas al proyecto, lo que también hace es dificultar un tanto el encuentro con el público en los conciertos. Aún así, la banda estará el próximo 11 de septiembre en la sala Wolf de Barcelona compartiendo cartel con Booty Hunters. Además, en octubre tocará estrenarse en casa en una fecha todavía por anunciar, aunque los detalles ya están más que avanzados. Todo ello sin perder de vista, como recuerda Joel, que "el objetivo es poder tocar en el Trashville, claro. Es lo que decíamos cuando estábamos entre el público: tenemos que montar algo para poder actuar ahí arriba". Solo queda que Last Tour tome nota.

El dúo actuará el próximo mes en Barcelona, siendo en octubre su presentación en casa, más allá de su objetivo de tocar en el Trashville del ARF