hayanne, que se hizo famoso por estos lares cantando y bailoteando el Simon Sez en inglés, que llegó a sonar tímidamente, no tardó mucho en darse cuenta de que el castellano le abría fronteras por estos lares y de pronto se volvió más castizo que el Fary y se puso a cantar aquello de “hay que ser torero, poner el alma en el ruedo, no importa lo que se venga pa’ que sepas que te quiero, como un buen torero me juego la vida por ti”. Era el verano de 2002 y acabamos un poquito toreados con la canción. C.D.