ras superar su adicción a hablarle a los coches (y no todos le respondían), David Hasselhoff se metió a socorrista en las playas de Santa Mónica (Los Ángeles) en otro pelotazo de serie, Los vigilantes de la playa, a la que se le acabó el argumento en la primera temporada y la CBS la canceló sin miramientos. Pero su prota, que había protagonizado cuatro temporadas sobre un tipo que habla con su coche, que hace siempre las mismas piruetas, sabía que la trama principal de la serie (unas socorristas en bañador corriendo a cámara lenta para salvar a los bañistas) daba para más. Y hasta once hicieron, las dos últimas en Hawaii, que no se diga que no se lo saben montar. Durante este tiempo, Hasselhoff, que la protagonizaba, la producía y también cantaba el tema de los títulos de crédito (Current of love), estaba tan liado que un capítulo le cambiaron a su hijo Cody, que era rubio, por otro moreno y ni se enteró. Los espectadores de casa, claro, nos quedamos con la cosita de si llamar a Torrespaña para que alguien se lo contara, pero ni por esas. Cuando quisieron darse cuenta en TVE, además de al pequeño Cody Buchannon, les birlaron toda la serie con todas las vigilantes y sus bañadores dentro. Fue Antena 3, que ese verano andaba canina y apostó por repetir, y desordenar, esta serie, con capítulos nuevos y viejos, que convirtió en un clásico de todos los veranos. Si TVE tenía a Chanquete, Antena 3 tenía a Pamela Anderson y su particular verano rojo.

Lo cierto es que Los vigilantes de la playa siguió la estela de las series videocliperas, estilo Corrupción en Miami, que triunfaron en los 80 y la cosa les funcionó durante toa la década de los noventa. Cuenta la leyenda que las primeras temporadas, con Parker Stevenson, Billy Warlock, Erika Eleniak, Nicole Eggert, David Charvett (otro al que le dio por cantar), David Hasselhoff y su primer hijo, Brandon Call, hasta tenían argumento. En la tercera ya llegó Pamela Anderson y los guionistas cambiaron los actores por modelos (a Shawn Weathertly se la comió un tiburón) y las tramas, si alguna vez las hubo, desaparecieron. El campeón mundial de surf Kelly Slater, que hizo sus pinitos de actor en esta serie, aguantó poco más en su papel de prota secundario y los arenales de Santa Mónica se convirtieron en una pasarela con más carreras a cámara lenta, para fascinación de la audiencia, incluidos Joey y Chandler en Friends.

Para esconder la tripilla, que fue apareciendo con el paso de los años, Hasselhoff se inventó un spin off aún más terrible con aires detectivescos, Los vigilantes de la noche, donde no tardó en descubrir que el reparto vestido interesaba bastante menos a la audiencia que en bañador.