as canciones del verano no solo se cantan... a veces también se bailan. A finales de los ochenta la gente enloqueció y se puso a bailar la lambada de Kaoma como si no hubiera un mañana, un tema de origen brasileño que como un terremoto pegó fuerte y tuvo sus réplicas algunos veranos más. Se bailaba más pegado que las canciones de Sergio Dalma e incluso en las bodas Paquito el chocolatero cedió su trono a la Lambada... hasta que alguien se dio cuenta de que el culo de su suegra no se movía como el de la chica de las bailarinas. C.D.