- Si en estas primeras semanas de la llamada nueva normalidad, el contexto ya es complicado para poder llevar a cabo cualquier tipo de propuesta de carácter cultural, nadie se atreve a pronosticar qué puede suceder en el último tramo del año. La presencia del covid-19 está trastocando todos los aspectos de la vida cotidiana y la posibilidad de rebrotes más fuertes o de nuevas oleadas del coronavirus cuando llegue el otoño no es, por desgracia, descartable, sino todo lo contrario. Por todo ello, el festival de cortometrajes de Vitoria, Cortada, quiere ponerse en todos los escenarios posibles de cara a poder celebrar su vigésimo cuarta edición, para lo que ha adaptado sus bases, estableciendo diferentes posibilidades, eliminando algunas secciones, amoldando otras y contemplando la posibilidad de que, en un momento dado, solo se pueda llevar a cabo de manera presencial.

El certamen se llevará a cabo del 16 al 19 de diciembre. En lo que no habrá variación ninguna es en el hecho de que el festival seguirá siendo una referencia para la preselección de los Premios Goya y de los Forqué, puesto que ambos galardones siguen manteniendo su confianza en la cita alavesa, un respaldo consolidado en los últimos años que habla del reconocimiento con el que cuenta el evento.

De momento, ya está abierto el plazo de inscripción, que se cerrará el próximo 14 de septiembre. En principio, está previsto que las proyecciones se lleven a cabo de manera presencial en Vital Fundazioa Kulturunea (Dendaraba), pero el festival se adaptará a las directrices que determinen las autoridades políticas y sanitarias. Es por eso que se contempla que el certamen se pueda llevar a cabo tanto de una manera mixta -con público en sala pero también con proyecciones on-line- como solo de forma virtual a través de la web de Cortada.

Los cortos seleccionados tomarán parte en la sección oficial dentro de sus tres modalidades: ficción, documental y animación. Además, se mantendrá el apartado Gureak para producciones vascas. En esto, el certamen mantendrá su estructura de otras ediciones, pero el resto sufrirá cambios importantes.

Así, no se abrirán las secciones UNIlabur y EHUlabur, destinadas a obras creadas por universitarios. La idea, eso sí, es retomarlas en el futuro. Y el apartado Hemengoak no se circunscribirá en este 2020 solo a creaciones alavesas. Por supuesto, seguirán estando presentes pero se ampliará esta categoría a cortos de todo Euskadi, sumándose así las piezas que no entren en Gureak.

Así las cosas, el palmarés también se amoldará a la situación. Habrá un premio al mejor cortometraje dotado con 2.000 euros, más allá de acceder a la preselección de los Goya y los Forqué. Además, se distinguirá al mejor corto vasco (1.000 euros) y a las mejores propuestas de documental (500), animación (500) y del apartado Hemengoak (300). Eso sí, en esta ocasión no se entregarán ni el galardón que cada edición se otorga por la votación del público ni el de mejor corto en euskera. La idea es poder recuperar ambas cuestiones en 2021.

La intención del evento es poder contar con la presencia de representantes de cada obra y poder llevar a cabo una gala de clausura como hasta ahora, aunque que todo ello sea posible, por lo menos de manera presencial, estará sujeto a las condiciones de ese momento. Si no, se optará por la vía telemática o se usarán ambas al mismo tiempo.

De esta forma, el veterano certamen -que a lo largo de su casi medio siglo de trayectoria ha vivido circunstancias de todo tipo, pero nada como una pandemia- quiere adelantarse a lo que pueda suceder, sin renunciar a llevarse a cabo para seguir siendo una referencia dentro del mundo del cortometraje.