ue el primer diseñador vasco y europeo que lanzó una colección de lencería exclusivamente masculina. Manuel de Gotor todavía recuerda la primera vez que presentó sus diseños en la pasarela del Museo San Telmo de Donostia. “Fue en 1989. Estaba aterrado, solo había silencio mientras desfilaban los modelos; sabía que mis creaciones eran avanzadas para aquella época. Pensaba que, al finalizar, el público me iba abuchear, los modelos estaban preocupadísimos, pero terminó el desfile y los asistentes se levantaron y no pararon de aplaudir”, confiesa este bilbaino que desde entonces ha revolucionado el difícil sector de la lencería masculina.

El Euskal Museoa inauguró a principios de marzo una exposición temporal que incluye las creaciones más artísticas de los 30 años de su dilatada trayectoria. En total, más de 100 prendas y complementos originales que el diseñador ha subido a pasarelas y que durante más de dos meses han ocupado la galería del espacio museístico sin público debido a la crisis sanitaria. El pasado día 3, el Euskal Museoa, dependiente de la Diputación de Bizkaia y del Ayuntamiento de Bilbao, reabrió sus puertas con todas las medidas de seguridad, que incluye aforo reducido al 50%, y entrada gratuita los jueves. Y al igual que el Guggenheim y el Bellas Artes, sus responsables han decidido alargar el tiempo de las exposiciones actuales, ya que debido al cierre al público durante el estado de alarma, no ha habido mucho tiempo para poder disfrutar de ellas.

Así, los visitantes pueden disfrutar de Anthology, el recorrido por los últimos 30 años de la moda interior masculina de la mano del trabajo del diseñador bilbaino Manuel de Gotor, y de Gorreri bisuala, que pretende concienciar al público sobre la diversidad lingüística tomando un idioma como el euskera para convertirlo en estudio de las artes plásticas.

Al contrario que la lencería femenina, que siempre ha pertenecido al imaginario de la seducción y ha estado rodeada de un halo de belleza, la ropa interior masculina ha quedado relegada históricamente al universo más íntimo del hombre y desplazada a un papel meramente utilitario. “Mis primeras colecciones estaban enfocadas hacia la mujer, pero en seguida me di cuenta de que había un gran vacío de diseño en el mundo interior masculino y aún más en la lencería masculina. Desde mis primeras creaciones me propuse adaptar tejidos tradicionales a nuestro tiempo, como el canalé. ¿Por qué tenían que ser las prendas siempre blancas? Mis calzoncillos eran azul azafata, con apliques de goma para que marcasen más el cuerpo. En la década de los noventa se empezaba ya a idealizar el cuerpo masculino de una forma más especial, se aspiraba ya a un cuerpo 10”, explica Manu de Gotor.

Aquella primera colección, denominada Todo tuyo, donde se vio todo un mundo de camisetas, top, calzoncillos, bodies, batas y pijamas, en tejidos como encaje, piel de ángel, seda, supuso un gran éxito de prensa y público. “Me adelanté a mi tiempo, conseguí salir de esa sensación de que la lencería masculina era siempre la misma. Introduje bodies para hombre, que se convirtieron en un sello propio. A nivel comercial costó más introducir los cambios. De hecho, hay parte de la lencería masculina a la que todavía cuesta en la actualidad mucho entrar. Afortunadamente, tengo muchos clientes a quienes les gusta llevar algo único, a quienes les guste destacar”, asegura el diseñador bilbaíno.

El mundo del arte siempre ha sido una de sus aspiraciones y un claro punto de referencia en sus trabajos. “En mis colecciones se percibe mi debilidad por el mundo clásico y sus mitos pasando por las distintas culturas o el apoyo a una causa como la lucha contra el sida, que desde que me nombraron embajador del Asociación Nacional Contra el Sida Apoyo Positivo, es más intensa”. Un mundo interior que se traduce en colecciones que han entrado por derecho propio en los museos.

En el Euskal Museoa, destaca el bañador en licra con estampado en relieve de la colección Retro del año 2010, o la camiseta y calzoncillo en punto de seda con estampado pintado a mano por el artista David Paquet del verano de 1996. También sorprende el mono bicolor en algodón elastano presentado dentro de la colección Corazón de Fuego en el año 1998.

Manuel de Gotor, que ha subido sus diseños en las pasarelas más importantes, sigue investigando con materiales sostenibles. “Es la gran revolución de la lencería masculina”, dice convencido.

Exposiciones temporales. Con todas las medidas de seguridad y entrada gratuita los jueves, el museo acoge ‘Anthology’, 30 años de lencería y moda baño masculina a través de las creaciones de Manuel de Gotor, y ‘Gorreri bisuala’, que acerca el arte contemporáneo a la institución.