- Inquieta. Incansable. Curiosa. Multifacética... Son muchos los adjetivos que acompañan a Miriam Isasi desde el inicio de su trayectoria artística. Se plasman en cada proyecto que desarrolla, como es el caso de Conservas pre-apocalípticas, una propuesta que comenzó a dar sus primeros pasos hace dos años, que todavía no está cerrada, pero que muestra un primer resultado formal ahora en Talka Galeria. Un trabajo que no deja de tener un poso visionario, puesto que aunque plantea reflexiones y preocupaciones vigentes antes de la aparición del covid-19, en estos momentos de pandemia parece que cobran todavía más actualidad.

De nuevo es en la naturaleza, en el entorno geográfico más cercano, donde se encuentra el punto de partida. En aquellas plantas y hongos que aunque todavía no están dentro del Libro Rojo de la extinción floral, no están lejos de, por desgracia, formar parte de él. A partir de ahí, con la intención de crear un archivo de aquello que se puede rastrear, aunque cada vez menos, en montañas, acantilados o bosques de estas tierras, la artista gasteiztarra genera un amplio discurso en distintos planos que ahora, y hasta el próximo 24 de julio, se completa con las aportaciones del público.

Con el acompañamiento de biólogos y expertos, Isasi ha ido rastreando entre tejos, té de roca, monguis... entre plantas que no sólo pueden estar cerca de la desaparición, sino que además en un momento dado u otro han sido relacionados con la alquimia, lo esotérico, lo místico, con "esa bipolaridad entre veneno y antídoto". Elementos que entre sus manos, han pasado a estar conservados en botellas de vidrio soplado creadas para la ocasión, sumergidas en aguardiente obtenido a partir de la destilación de hollejo.

Todo ello se distribuye por la sala de la plaza Marqués de la Alameda generando una sensación de laboratorio simbólico más que de galería de arte, en cuyas paredes también están presentes una serie de grabados que, de maneras distintas, representan el mito del ave fénix. "Hay muchas historias aquí, pero tampoco quiero condicionar a la gente, me interesa ver qué le puede surgir".

Aún así, hay varios planteamientos básicos y claros en este proyecto que cuenta con el patrocinio del Gobierno Vasco y BilbaoArte. Sin duda, el primero es la mirada a esa naturaleza "que nos estamos cargando", un entorno que también define las identidades de la sociedad vasca pasada, presente y futura, puesto que su relación con el medio ambiente no deja de ser una expresión de sus comportamientos, creencias y teórico desarrollo. Pero son solo algunas de las reflexiones posibles que se pueden dar.

De momento, Isasi, y así lo ejemplifica con algunas botellas abiertas y todavía vacías, sigue recopilando, investigando, alimentando ese archivo floral que incluso un día puede servir para recuperar lo que ya no exista. "Me gustaría que en las botellas, las plantas dejasen su esencia. Sería interesante ver si en el futuro se podrían replicar a partir de este poso". De momento, son principio y fin de Conservas pre-apocalípticas.

La muestra, que se inaugura esta tarde, va a permanecer abierta al público en la céntrica sala hasta el próximo 24 de julio

"Tal y como están las cosas en la cultura, poder presentar este proyecto es un regalo", apunta la creadora gasteiztarra