i las peleas y secuencias de acción en cine y televisión están perfectamente coreografiadas, preparadas al milímetro y planeadas teniendo en cuenta la seguridad de los actores y el resto del equipo, ¿por qué no sucede lo mismo con las escenas de contenido sexual?

Esa pregunta es que la plantean los coordinadores de intimidad (intimacy coordinators, los profesionales encargados de que en la grabación de tomas íntimas y de contenido explícito se respete la integridad de los intérpretes y se dé un entorno seguro y respetuoso.

El papel de los coordinadores de intimidad en series y películas ha crecido recientemente impulsado por el movimiento #MeToo, que llevó a la industria audiovisual a reflexionar sobre los abusos y agresiones sexuales que se dan detrás, pero también delante de las cámaras.

De Sex Education en Netflix a la inminente I May Destroy You en HBO, Ita O’Brien es una pionera en el campo de los coordinadores de intimidad desde que en 2017 publicara sus Normas para la intimidad en el set, un conjunto de buenas prácticas para abordar el sexo en los rodajes.

El nombre de esta británica, con una gran trayectoria en la danza y el teatro, ha sonado mucho en los últimos meses por ser la coordinadora de intimidad de Normal People, un asombroso fenómeno de BBC y Hulu, que se ha convertido en una de las series del año y que presenta numerosas escenas de sexo explícito.

O’Brien contó a Efe que antes “no había una estructura profesional” en el set para este material tan sensible. “La mejor manera de hacerlo es con una comunicación honesta y asegurándose de que hay un acuerdo y consentimiento sobre qué partes del cuerpo se pueden tocar, elegir el contenido sexual y el grado de desnudez. Y, después, coreografiarlo igual que una pelea”, añade.

Del productor a los actores pasando por los encargados de vestuario y los cámaras, O’Brien se asegura de que no haya ningún tipo de riesgo o incomodidad cuando hay que rodar una escena sexual. Su trabajo atraviesa diferentes fases.

Una vez que el productor la contacta, ella lee el guión, identifica las escenas con contenido íntimo y conversa con el director para entender su visión. A partir de ahí, charla con los actores para conocer con absoluta sinceridad qué les preocupa de esas tomas (desnudos completos, tocar ciertas partes de su cuerpo, etc.).

Y con ese feedback y con los cambios hechos en producción, O’Brien también se preocupa de que todo cumpla con lo previsto en el set: equipos pequeños con solo los técnicos imprescindibles, separar al actor del personaje entre “acción” y “corten”, usar un lenguaje profesional y adulto al hablar de sexo... “Y también es una invitación a la palabra ‘no’”, apuntó. “Antes del #MeToo, si alguna vez un actor decía ‘no’ de cualquier modo o forma, sería considerado problemático y estaría realmente preocupado de conseguir un trabajo de nuevo”, indicó.

“Tu sí es un sí, tu “no” es un no, y tu quizás... también es un no. “Estar desnuda rodeada de gente que no está desnuda te da una perspectiva de lo que es estar completamente abierta y vulnerable”. Así de claro lo explicó a Efe Melissa Barrera, que en la serie “Vida” afrontó muchas escenas sexuales bajo la supervisión de Katherine O’Keefe como coordinadora de intimidad.