s un primer paso, pero también uno muy significativo. Días antes de la declaración del estado de alarma a causa del covid-19, la Red Foral de Museos, Artium y la Catedral Santa María cerraron sus puertas al público. Lo primero era la salud y los datos cada vez más preocupantes sobre la expansión del coronavirus obligaron a tomar una medida que, de todas formas, unas pocas jornadas después fue ya de obligado cumplimiento. En estos meses, se ha seguido trabajando dentro de sus paredes en diferentes cuestiones relacionadas con la catalogación, conservación y cuidado del patrimonio cultural e histórico del territorio, pero siempre con la mirada puesta en ese momento en el que el público pudiera volver a completar el verdadero sentido de estos espacios. Sin visitantes, nada tiene sentido. Eso, por fin, sucedió ayer. Y pasará hoy. Y mañana. Y... Por supuesto, sin perder de vista los protocolos establecidos en torno a la seguridad e higiene, y sabiendo amoldar cada propuesta a los condicionantes de continentes y contenidos.

Durante estas últimas semanas se ha venido trabajando de manera intensa en todos los cambios que han sido precisos llevar a cabo para que cada una de las visitas se produzca en las condiciones marcadas. Con todo, es evidente que el paso de los días irá puliendo algunos detalles, amoldando y cambiando lo que sea necesario. Todo ello sin perder de vista el hecho de que, por el momento, los protagonistas son quienes viven en Álava, pero que es de esperar que, dentro de no mucho, las fases de la llamada desescalada permitan recibir también a personas llegadas de otros territorios y, en una siguiente etapa, a visitantes de otros países.

Por eso ayer, en todos estos lugares había entre sus responsables y trabajadores un cruce de sensaciones. Por un lado, alivio por ver cómo se cerraba un paréntesis que nadie esperaba ni, por supuesto, quería. Por otro, ilusión por volver a ver a visitantes con los que compartir. Pero también se notaba cierto nerviosismo por comprobar que todo lo ideado en estas semanas previas cumplía con lo pensado. Sin perder de vista el hecho de que para que todo transcurra con cierta normalidad es también imprescindible la colaboración del público. "La ciudadanía ha de saber que nos hemos autoexigido una serie de requisitos de obligado cumplimiento sin los cuales hoy [por ayer] no hubiéramos abierto. Aunque al mismo tiempo, una parte fundamental del éxito será de quienes nos visiten", apuntó la diputada de Cultura, Ana del Val, presente en la reapertura del Bibat, donde la Diputación quiso escenificar esta deseada vuelta.

Junto al espacio de Cuchillería -que acoge a los museos de Arqueología y Fournier de Naipes-, se pusieron en marcha a lo largo de la jornada Bellas Artes de Álava, Armería, Ciencias Naturales de Álava y la sala Amárica, entidades todas ellas pertenecientes a la Red Foral. Del Val quiso hacer un llamamiento "a la ciudadanía a que redescubra sus museos, que son espacios no sólo seguros sino además absolutamente imprescindibles de visitar, y a que divulgue entre amistades y familiares como un buen plan para encontrarnos con nuestra historia y nuestro patrimonio".

En lo que respecta a los espacios gestionados de manera directa por la institución alavesa -bajo cuyo paraguas también se produjo ayer la reapertura de los yacimientos de La Hoya e Iruña Veleia así como la Torre de los Varona-, algunas exposiciones temporales van a alargar sus periodos de muestra, al verse afectados por la pandemia. Así, la de Julián de Zulueta en el Bellas Artes estará hasta el 20 de septiembre, mientras que la de Alberto Schommer en Amárica se podrá visitar hasta el 6 del mismo mes. Después, la sala acogerá Arabaclic desde el 30 de septiembre hasta el 18 de octubre, Tetrapack desde finales de ese mes hasta finales de diciembre, terminando 2020 con una nueva edición del festival Viphoto.

Cabe recordar que durante estos meses de confinamiento, la Red ha desarrollado, a través de Internet, el programa Kultura Etxez Etxe, que se da por cerrado con la apertura de los museos. En este tiempo, el proyecto de difusión cultural ha obtenido 750 entradas en la web, 4.000 visitas (sin contar las interacciones en redes sociales), con un tiempo medio de 7,5 minutos de uso y un rebote del 47% a otros contenidos culturales de la Diputación.

También volvieron ayer a ponerse en marcha las visitas al Museo de Arte Sacro, aunque en este caso hay que recordar que estas primeras semanas, el acceso se tiene que hacer solicitando cita de manera previa. No pasa lo mismo con la Catedral Santa María y con Artium, que fueron otros espacios que tendrán marcado en rojo en sus particulares calendarios un 2 de junio en el que, por fin, pudieron volver.

Al igual que sucedió en todos los lugares, también en el templo y en el museo de arte contemporáneo el acceso de gente fue paulatino y tranquilo. El hecho de ser día laborable y de no haber movimiento entre territorios influyó en un arranque que, a buen seguro, va a tener este fin de semana una prueba de fuego importante. De todas formas, no faltaron quienes quisieron ser los primeros en volver a encontrarse entre sus paredes, más allá de que no hay que peder de vista ni las limitaciones de aforos establecidas, ni las medidas adoptadas en cuanto a itinerarios cerrados y marcados, ni las iniciativas llevadas a cabo para facilitar la limpieza, la transmisión de información y otras cuestiones. Desde ayer, solo queda pasar y ver. Las puertas están abiertas.