l legendario músico Little Richard, que se proclamó a sí mismo el “arquitecto” del rock and roll y encarnó el lado más salvaje e impredecible de ese género, murió ayer a los 87 años en Estados Unidos. Su hijo, Danny Penniman, confirmó a la revista Rolling Stone el fallecimiento de su padre, pero no desveló cuál fue la causa.

Sin embargo, uno de los miembros de la banda de Little Richard, Charles Glenn, dijo al portal especializado en noticias de famosos TMZ que el artista llevaba dos meses enfermo y que había muerto en su casa en el estado de Tennessee, acompañado por su hermano, su hermana y su hijo. En el pasado, Little Richard había sufrido un ataque al corazón, sufría una fuerte ciática y problemas degenerativos en la cadera.

El músico, cuyo nombre real era Richard Wayne Penniman, está considerado como uno de los fundadores del rock and roll, un papel que él mismo promocionó cuando hace años le dijo a la revista Playboy: “Solo hay un creador, solo hay un arquitecto: Little Richard”.

Nacido en 1935 en Macon (Georgia), Little Richard fue uno de los primeros artistas afroamericanos de EEUU que supo combinar con éxito la música góspel y el rythm and blues (R&B), ambos genuinamente negros, con los sonidos pop del mercado blanco estadounidense. El resultado fue un tipo nuevo de rock and roll, más salvaje, impredecible y con más energía, en la que Little Richard golpeaba el piano con fuerza mientras los gritos de su voz áspera daban forma a la melodía.

Fue el creador de himnos como Good Golly, Miss Molly, Long Tall Sally, Rip It Up, Lucille y será para siempre recordado por su grito de guerra A-wop-bop-a-loo-bop-a-wop-bam-boom, una de las líneas de su famosa Tutti Frutti. Compartió generación con otros padres del rock como Chuck Berry, Fats Domino, Ray Charles y Jerry Lee Lewis y ejerció una gran influencia sobre otras estrellas de la época, como Elvis Presley que interpretó algunas de las canciones compuestas por Little Richard, como Long Tall Sally.

Fue el primer artista afroamericano que sonó en las radios comerciales de EEUU y se enorgullecía de juntar en sus conciertos a blancos y negros, lo que violaba las leyes del sur del país que aún segregaban por razas, de acuerdo con la biografía del artista The Life and Times of Little Richard de Charles White. “Siempre he pensado que el rock and roll traía a las dos razas juntas”, dijo a White el cantante.

Con más de 30 millones de discos vendidos, su influencia se ha extendido a otros artistas tan importantes como Mick Jagger, Paul McCartney, James Brown, Otis Redding, Buddy Holly, David Bowie, Quincy Jones y Rod Stewart, algunos de los cuales han imitado su forma áspera de cantar. Una vez Jimi Hendrix, que tocó con Richard a mediados de los años 60, reconoció que quería que su guitarra sonara como la voz del cantante; mientras que Paul McCartney llegó a describir la voz de su ídolo como “algo salvaje, ronco y gritón, como una experiencia extracorporal”.

Su influencia estética también es incalculable. Desde el principio, rompió con la imagen de macho que dominaba el rock and roll y se materializó en los escenarios con los ojos pintados, maquillaje brillante y vestido con colores vivos, una apariencia que luego inspiraría al fallecido Prince. Años después, en varias ocasiones, Little Richard bromeó diciendo que, si bien Elvis Presley era el “rey” del rock and roll, él era la “reina”.

Durante los años, se describió a sí mismo como gay, bisexual y omnisexual, al mismo tiempo que reconoció que había explorado el voyerismo. Tuvo una relación complicada con la stripper Lee Angel y, posteriormente, estuvo casado brevemente con Ernestine Campbell. La vida de Little Richard también estuvo marcada por problemas de abusos de drogas y una relación muy fuerte con la religión, que le llevó en varias ocasiones a retirarse temporalmente del mundo de la música.

Sus últimos trabajos de estudio fueron Shake It All About y Little Richard Meets Masayoshi Takanaka, ambos en 1992.

Fue el creador de auténticos himnos como ‘Good Golly, Miss Molly’, ‘Long Tall Sally’, ‘Rip It Up’ o ‘Lucille’

Será siempre recordado por su grito de guerra “A-wop-bop-a-loo-bop-a-wop-bam-boom”, una de las líneas de ‘Tutti Frutti’