- Cuando todavía el sector cultural en su conjunto estaba empezando a asentar una primera parte de la recuperación de las consecuencias de la crisis económica de 2008, la aparición del covid-19 no solo detuvo todo en el tiempo, sino que está haciendo a lo largo de estas semanas estragos a diferentes niveles, sin que la mirada a corto o medio plazo ofrezca alguna luz. En ese contexto y en un tiempo récord, la plataforma Sos Sector Gráfico se ha puesto manos a la obra con la intención de sumar voces, análisis, experiencias, conocimientos y propuestas para poder afrontar el momento presente pero también los que vendrán.

Aunque la realidad ha hecho que “ya se haya quedado obsoleta”, una de las primeras acciones públicas del colectivo se tradujo a finales del pasado mes en una encuesta para “tantear” cómo se encuentra el panorama. “Con los datos encima de la mesa, si solo se da la situación del primer escenario que hay planteado, estamos hablando de que nos empezaríamos a recuperar como sector a finales de 2021 o principios de 2022”, apunta Marta C. Dehesa (Cola de Perro), letrada, experta en comunicación, derechos de autor, propiedad intelectual, gestión de eventos y dinamización artística, editora, ilustradora, fotógrafa, cofundadora de Ilustrapados en Araba y responsable de Mazoka, entre otras muchas actividades.

Son diferentes los problemas que se presentan, varios de ellos agudizados por el covid-19 pero ya existentes antes. “Tenemos que ver cómo nos organizamos, estructuramos y cómo podemos salir de esto, igual que cualquier otro sector; pero nosotros y nosotras partimos de una situación de desequilibro absoluto que no ha sido nunca reconocida”, a lo que se une “otra pelea importante en relación a la imagen; necesitamos crear empatía, porque lo que generamos es todo lo contrario. La cultura no es solo comunicación de contenidos relevantes para la sociedad, que es lo que la mayoría de la gente entiende, el mal llamado ocio cultural. Es un factor determinante para el desarrollo humano. Precisamente durante esta crisis se ha demostrado la generosidad con la que la cultura ha sostenido el estado de bienestar y el estado emocional de las personas. Pero eso no tiene un reconocimiento por parte de esa misma sociedad”.

Además, “no podemos olvidar que por detrás hay un sector económico”, personas y empresas pequeñas “con un empleo muy precario, estacional e intermitente. Eso nos coloca en un punto de partida mucho más atrás que el resto, máxime en el sector gráfico, en el que no trabajamos de cara al público, sino que trabajamos en toda la cadena productiva y en todos los sectores, no solo para lo que se entiende como cultura, sino también para la industria, el turismo… Eso ni está reconocido en el PIB. Así que lo que tenemos que pedir a todas las instituciones es un giro estructural para que se entienda la cultura como un interés general, que la cultura sea un principio inspirador de todas las políticas públicas”.

En este sentido, Dehesa señala que hay herramientas para construir la senda, solo que no se aplican. Es el caso de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, en la que se defiende la creación, la producción y la distribución de los bienes culturales como un eje social fundamental; o el conocido como Estatuto del Artista, que, entre otras cuestiones, por primera vez tiene en cuenta a personas y empresas que trabajan en la cultura y que no son artistas. “Igual deberíamos tirar la toalla y a lo mejor así haríamos más fuerza, pero es que quien crea, necesita seguir creando. Además, ha instaurado en su cabeza, y eso es parte del problema, que se puede vivir en precario”, describe Dehesa, al tiempo que explica que en el caso concreto del sector gráfico “por lo menos hasta 2021 no vamos a poder empezar a trabajar con normalidad no solo de cara al público, sino también en cuanto a encargos”.

Así, apunta que “en nuestro sector no nos ha afectado tanto el primer mazazo. Hay dos tiempos. En uno primero, en el que estamos, de repente ha habido un montón de cancelaciones que afectan mucho, pero los encargos que ya estaban en marcha se han venido desarrollando. Además, quienes trabajan en animación o en diseño web están ahora con bastante trabajo. El problema va a venir después, a partir de septiembre, cuando entremos en un segundo tiempo y ya no haya ni encargos, ni actividad. Nos preocupa porque todas las ayudas se están enfocando a lo que está sucediendo durante la crisis, pero no sabemos qué va a pasar cuando se levante el estado de alarma”.

“Las ayudas se enfocan a lo que está sucediendo ahora, pero no sabemos qué pasará después”

Letrada, gestora y creadora cultural

“La cultura tiene que ser un principio inspirador de todas las políticas públicas”