- En cierta medida, y aunque sea sin poder pisar su sede, a lo largo de esta semana el Conservatorio Municipal de Danza José Uruñuela ha recuperado cierta normalidad dentro de lo excepcional de la situación actual. El centro, más allá de las actividades que viene desarrollando desde principios de marzo, ha comenzado a impartir todas sus clases de danza habituales, además incorporando al pianista acompañante, pero vía on-line.

Así, profesorado, alumnado y músico coinciden pero cada persona desde su casa. "Parece que la experiencia está siendo muy interesante", relata Ainhoa Arenaza, directora del conservatorio, aunque el claustro tuvo ayer una reunión para evaluar cómo ha ido esta primera semana de experiencia, los pros y los contras, como el pequeño retardo con el que llega la música a los distintos hogares. Pero más allá de los detalles "lo cierto es que la gente está con muchas ideas y muy activa" a pesar de que las semanas de confinamiento van pesando.

Dentro de ese abanico de propuestas, como ya publicó este periódico hace unas semanas, el Uruñuela está aprovechando también las semanas de teóricas vacaciones según el calendario escolar para compartir con su alumnado una serie de clases magistrales ofrecidas por varios ex estudiantes que ahora desarrollan sus respectivas carreras profesionales en distintas compañías del ámbito estatal e internacional.

Así va a suceder, tras la experiencia en Semana Santa, la próxima semana. Será Garazi Etxaburu, que en la actualidad baila en la compañía Lasala, quien abra el lunes el ciclo diseñado con una clase de contemporáneo pensada para todas las edades, incluso para que participen las familias del alumnado.

El miércoles tomarán el relevo Jone Amezaga y Miren Lizeaga, creadoras -dentro de sus amplias y respectivas trayectorias- de la compañía Txintxirrin, quienes han creado un cuento-danza que compartirán con el alumnado participante cada una desde su casa.

Ya el jueves se pondrá el broche, dando paso la danza contemporánea a la clásica, con Diego Urdangarin, quien en la actualidad desarrolla su camino profesional en Dantzaz. De su mano se cerrará un camino que en Semana Santa abrieron Aiara Iturrioz, Beñat Andueza, Celia Dávila y Laura Pérez. "La participación del alumnado fue muy alta. Por ejemplo, con Beñat, que fue el último, hubo 75 personas. Y hemos recibido muchos mails de agradecimiento por la idea, por poder salir de la rutina" y por poder conocer, más de cerca, a bailarines profesionales que no hace tanto pasaron por el José Uruñuela.