- Euskal Herria es desde ayer menos colorida. Uno de los fundadores del Grupo Gaur que quedaba con vida, el pintor José Luis Zumeta, falleció ayer a los 81 años de edad en su residencia del barrio donostiarra de Gros. Su hija, Usoa, quien le entregaba cada día los recados que necesitaba durante el confinamiento, halló su cadáver. Por ahora se desconocen las causas de la muerte.

Nacido en Usurbil en 1939, Zumeta y sus pinturas eran sinónimo de color. Los tonos vivos fueron la principal característica de una extensa trayectoria dedicada no exclusivamente a la pintura y entre la que figura la fundación del Grupo Gaur en 1965 junto a Jorge Oteiza, Eduardo Chillida, Rafael Ruiz Balerdi, Remigio Mendiburu, José Antonio Sistiaga, Amable Arias y Néstor Basterretxea.

"Siempre nos decíamos que quién de nosotros dos iba a quedar como único fundador", comentaba ayer para este periódico José Antonio Sistiaga, el otro de los creadores del grupo que vive, quien se mostró afectado por la muerte de su amigo: "En los últimos años no hablábamos mucho, pero era un buen pintor y un buen amigo. Estoy en shock".

Rita Unzurrunzaga, propietaria de la galería Ekain de Donostia, habló el pasado domingo con Zumeta para felicitarle por su cumpleaños y comprobó de primera mano que "su buen humor y sus ganas de pintar" seguían inalterables con el paso del tiempo. "Su pintura a día de hoy sigue siendo muy presente, te sigue hablando y eso es algo que muy pocos artistas pueden conseguir", añadió.

En los últimos años Zumeta "había vuelto a sus raíces" en las artes gráficas con su hija menor, Usue -tenía dos más- en el estudio que compartían en Usurbil, pero su extensa trayectoria ha estado llena de múltiples propuestas, siempre "con un colorido muy espectacular y lleno de alegría". "Como era él, una persona de espíritu joven que no aparentaba la edad que tenía", señaló Unzurranzaga.

El escultor Koldobika Jauregui compartió esa reflexión y va más allá, señalando que "era un pintor, pero para mí era un artista completo". "Hay incluso escultores que son menos escultores que lo que fue él", apuntó, recordando como siendo un niño trepaba por un relieve hecho en poliéster por el pintor usurbildarra hasta situarse en uno de los brazos que surgían de la pieza sin saber que eran de él. "Hasta mi primer premio que gané con 17 años era un dibujo al pastel hecho por él mismo", señaló, al tiempo que rememoraba habérselo comentado alguna vez "en el gueto de la Parte Vieja donostiarra" en el que le conoció y que compartía con sus compañeros del Grupo Gaur.

La implicación de Zumeta con Euskal Herria nunca se limitó al arte, convirtiéndose en un agente social conocido, ya fuese apoyando diferentes causas o aportando sus pinceles a cartelerías y murales. "Era un artista de acción con su cultura. Muy integrado en Euskal Herria y capaz de trasladar esa implicación también a sus trabajos", señaló el especialista en arte Fernando Golvano.

"Ha sido fuerza y calor, pero era una persona tímida, que no hablaba mucho. Hasta cierto punto introvertido, pero siempre con una conciencia social muy grande y participativa", apuntó por su parte el crítico en arte Edorta Kortadi.

Para Jauregui, Zumeta era "tremendamente accesivo". "Tenía muy buen rollo con la gente y se implicaba socialmente mucho. No se puede hablar de Euskal Herria sin hablar de él. Sus inquietudes políticas y sociales traspasaban su obra y eso causaba admiración", aseguró: "No cumpliría los cánones del artista, no se cerraba a nadie. Y eso se ve en sus pinturas".

Esta admiración a su obra cultural y social también se vio reflejada ayer entre las instituciones. El diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, escribió que su muerte dejará "un rastro de color y vida entre todos nosotros", mientras que para el diputado de Cultura, Harkaitz Millán, "con Zumeta se va un estilo único y personal en su obra y su pintura, que es lo que define y caracteriza a un gran artista y creador".