Vitoria - Un modelo de reunión de creadores alaveses de distintas disciplinas que abrió una senda de gestión compartida con la Diputación que se desarrolló entre los años 2008 y 2011, que incluía la realización de las programaciones de las salas instaladas en el Archivo del Territorio Histórico, Amárica y la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa. Una propuesta global de la que nacieron no pocas iniciativas que hoy siguen adelante como Gazte Klik, Inmersiones, las Noches Scratxe, las huertas urbanas de la capital alavesa y un largo etcétera. Una fórmula que durante sus años de funcionamiento fue un ejemplo requerido en distintos puntos del Estado para poder mirarse en ese espejo para el desarrollo de modelos parecidos. Una historia que Zas Kultur quiere poner en valor, al entender también que en la construcción del relato cultural de Vitoria en los últimos años se están obviando cuestiones importantes.

Desde estas bases, el espacio de la calle Correría inicia hoy un proyecto a largo plazo en el que se quiere profundizar tanto en el camino de la Asamblea Amarika como en el contexto social, político, económico y cultural en el que se llevó a cabo la iniciativa. Los primeros pasos para conseguir este objetivo se van a dar de inmediato.

De hecho, hoy mismo a las 19.30 horas se inaugurará Memorabilia, una exposición repleta de imágenes, catálogos, carteles, artículos de prensa y demás materiales que sirven para dar una primera idea de lo que fue y supuso este movimiento colectivo, una muestra que, eso sí, se va a completar con la realización de diversas mesas redondas y conferencias, siendo la primera de ellas la que tendrá lugar, a la misma hora, el próximo jueves 12 con la presencia de Nekane Aramburu, Daniel Castillejo y José Cos, quienes ayudarán a los presentes a poner el foco en esa primera década de este siglo, en la que se puso en marcha la propuesta.

"Antes del 15M, aquí ya estábamos trabajando de una manera asamblearia, además creando una forma pionera de cogestión con las administraciones", recuerda Cristina Arrazola, una de las creadoras que sostiene el proyecto de Zas Kultur, que no deja de ser otra de las consecuencias del Proyecto Amarika tras la decisión de la Diputación de bajar la persiana a la colaboración entre los artistas y la institución. Hoy que tanto se habla de la sala Amárica -la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa perdió su zona de exposiciones, mientras que la del Archivo está abandonada-, "es evidente que nos falta el relato de lo ocurrido", según Iñaki Larrimbe, quien considera imprescindible saber de dónde vienen las cosas para tener claro en qué punto están y hacia dónde pueden dirigirse, según los distintos objetivos e intereses.

"Se hicieron un montón de cosas desde la Asamblea Amarika, gestionando tres salas con el presupuesto de una y justo en los primeros años de la crisis económica, con lo que eso supuso en el recorte paulatino en las cuentas forales". Por ello, se considera fundamental llevar a cabo un trabajo de investigación y divulgación, que el espacio cultural espera poder llevar a cabo a lo largo de los próximos meses para que cristalice en 2021, cuando se cumplirán diez años del fin de la iniciativa.

Por ahora, hasta el 7 de mayo, se va a poder visitar la exposición que se inaugura esta tarde, una demostración "de lo importante que puede llegar a ser el trabajo en común", también para el sector cultural alavés. "Quiere ser una exposición didáctica, también para las nuevas generaciones" que se están incorporando a la escena y que tal vez no vivieron, o no por lo menos en primera persona, aquel proceso. "El modelo de gestión fue sin duda la verdadera aportación" de aquellos años no tan lejanos.