madrid - El amor imposible que relata Doctor Zhivago, la obra maestra del Premio Nobel ruso Boris Pasternak prohibida en la URSS, fue una grandiosa arma de propaganda para la CIA, una historia que rescata la novelista Lara Prescott de una época en la que se pensó que la literatura podía cambiar el mundo.

La escritora norteamericana Lara Prescott (Pittsburgh, 1981) debe precisamente su nombre a esa historia de amor prohibido que inmortalizó Pasternak, la de Yuri Zhivago y Lara Antípova, y a esa novela con la que creció. Por eso, cuando la CIA desclasificó en 2014 los documentos en los que se demostraba cómo había sido utilizada para debilitar a la URSS en plena Guerra Fría, decidió que tenía que escribir esta novela que es “un libro sobre un libro”, explicó ayer Prescott en Madrid.

Los secretos que guardamos (Seix Barral) es la novela que cuenta los pormenores de esta operación de la CIA de introducir en “territorio enemigo” la novela de Pasternak, prohibida en la URSS a pesar de que era el poeta ruso más famoso de la época, para hacer ver a los soviéticos lo irracional de la postura de su gobierno. Una operación de espionaje en la que las mujeres tuvieron un papel determinante, al igual que lo desempeñó la amante y agente de Pasternak, Olga Vsévolodovna Ivinskaya, en la publicación de la novela. Una mujer que sufrió las represalias que el Estado soviético no pudo tomar con el poeta de culto, de tal forma que Olga fue condenada en dos ocasiones al Gulag por su relación con Pasternak. Lara Prescott opina que sin esta mujer quizá Doctor Zhivago no habría llegado a existir: “Olga estuvo a su lado, inspirándole y ayudándole a pesar de las presiones que recibió”.