Dentro de la actividad que lleva a cabo cada temporada el Centro de Innovación Artística para la Pequeña Infancia, KunArte, el proyecto impulsado por Paraíso no sólo organiza y acoge representaciones y talleres, sino que también acompaña y ayuda procesos de creación diferentes a través de su programa de residencias artísticas. Es ésta una labor muy importante en cualquier campo de la cultura puesto que permite investigar, profundizar, evolucionar y compartir procesos que, sin ese apoyo, sería casi imposible llevar a cabo. Mañana se podrá ver un claro ejemplo de ello, ya que en la sede de la compañía ubicada en Abetxuko se realizará un pase de Nudos/Nodos, un proyecto todavía en desarrollo que está aunando diferentes disciplinas artísticas. Eso sí, todas las entradas están ya agotadas.
El proyecto comenzó a tomar cuerpo el año pasado, a partir del impulso de la diseñadora y creadora gasteiztarra, aunque residente en Barcelona, Sara Basilio. "Desde hace tiempo tengo la inquietud de acercar el mundo de lo textil a las personas que no están relacionadas con él de manera profesional. Al final, todas las personas nos vestimos diariamente y tenemos tejidos alrededor. Pero no se va más allá, aunque puede que haya curiosidad. Así que me apetecía hacer algo más sensorial". En ese punto, entró en juego la danza como medio de expresión, una parte que aporta el Colectivo Lisarco, proyecto que ya ha estado en ocasiones anteriores en KunArte. "Por la manera de trabajar que tienen, muy experimental, me parecía interesante establecer esa relación". Junto al movimiento, por supuesto, llegó la necesidad de la música en directo, pero también el hecho de hacer un trabajo audiovisual, uniéndose así al camino del espacio para la materialización de la creatividad textil Eho y de Lisarco, la labor del vitoriano Estudio de Comunicación y Audiencias Teklak, que se ha centrado, sobre todo, en documentar diferentes aspectos de la propuesta y su desarrollo.
"Todo esto es complejo porque hay muchos agentes implicados, además de distintas ramas. Pero esa misma diversidad es algo que enriquece al proyecto", apunta Basilio. "Es una locura, sobre todo artística. Además, cada uno estamos geográficamente en un sitio y somos muchas las personas que estamos implicadas. Pero vamos haciendo, vamos inventando y va saliendo", sonríe.
Con todo, el montaje "está todavía evolucionando" sin plazos concretos para llegar a un estreno como tal, más allá de que se busca que sea este año. "Para todas las personas que estamos trabajando, esto está siendo un proceso nuevo. Lisarco tiene que hacer danza con unos artefactos textiles que no conocía. Yo, por ejemplo, de repente estoy en la escena, porque hemos decidido que es importante que para contar todo lo que queremos, es importante que estuviera visible la parte del textil". Y para tejer todo como es debido son necesarias pruebas con público de 2 a 5 años como la que tendrá lugar mañana en Abetxuko.
"Nos gustaría que este encuentro nos sirva para ver la realidad de la reacción del público. Yo no sé cómo funcionan los niños como espectadores. Todo esto es muy nuevo y esperamos que haya muchas reacciones. La primera prueba que hicimos el año pasado fue especial. Queremos hacer un poco lo mismo pero con una estructura de espectáculo más formada, dentro de que sí nos gustaría que fuera un lugar para la experimentación del público". Todo ello de la mano de KunArte y de su programa de residencias de creación.