Vitoria - La entrega de galardones se realizó ayer por la noche en París. El Grand Prix du Disque es el premio más importante de Francia para grabaciones musicales, siendo impulsado por la Academia Charles Cros en 1948. Es sí, ayer la cita tuvo aire vasco gracias al pianista vitoriano Alfonso Gómez y el compositor donostiarra Ramón Lazkano. El disco Ramón Lazkano. Piano works que se lanzó a principios de 2019 fue distinguido en la categoría de música contemporánea, obteniendo el Grand Prix du Disque Musique Contemporaine de Académie Charles Cros 2019.

Cabe recordar que el álbum fue editado por el célebre sello vienés Kairos y en él se recoge la obra completa para piano solo y piano y orquesta de Lazkano. En total son trece las composiciones que dan forma y fondo a un álbum que fue registrado a finales de septiembre de 2018 entre Bilbao y Donostia. "Llevo interpretando las obras para piano de Ramón Lazkano desde hace una década en diferentes festivales europeos. Cuando hace año y medio me mandó la partitura de su última obra para piano (Petrikhor, una obra impresionante de una duración de 16 minutos), se nos ocurrió que sería un buen momento para grabar todas sus obras para piano", recordaba Gómez en estas páginas cuando se lanzó la publicación que ayer fue distinguida en París. "Tuvimos el privilegio de que Kairos, uno de los sellos más importantes de música contemporánea a nivel mundial, se interesara desde el principio por este proyecto. A partir de ahí ha sido un trabajo frenético, no solo de estudio y preparación, sino de organización".

No en vano, en distintos momentos del disco aportan su labor los componentes de la Bilbao Orkestra Sinfonikoa bajo la batuta de Ernest Martínez Izquierdo y la pianista Marta Zabaleta (que toma parte tanto en el tema a cuatro manos, Zintzilik, como en Bras dessus bras dessous, que se interpreta a seis manos, aportando para ello su grano de arena el propio Lazkano). Además, para la grabación tanto en el Euskalduna (donde se registró Hitzaurre bi) como en Musikene vinieron técnicos alemanes así como representantes del sello austriaco. Fue, como comentaba Gómez, "un trabajo logístico enorme, y no sé qué hubiéramos hecho sin la asociación Musikagileak y muy especialmente sin Íñigo Aizpiolea", describía el intérprete alavés, al tiempo que también ponía en valor el "apoyo indispensable" de entidades como el Gobierno Vasco y el MFA francés.

"En el disco escuchamos obras compuestas desde 1993 hasta 2016, es media vida vista a través del piano", un recorrido que refleja cómo la "sensibilidad" del creador es "muy especial" y cómo "su carácter es muy sincero y directo, según explicaba el vitoriano.