Vitoria - Junto al gasteiztarra Pablo Martín Caminero al contrabajo, a la batería de Michael Olivera y al piano de Daniel García -que toma en los directos el camino realizado en el estudio por Marco Mezquida-, la cantante Miryam Latrece regresa hoy a partir de las 19.30 horas al escenario de Dazz, tablas que pisó por primera vez en febrero de 2018.
¿Qué es este ‘Quiero cantarte’ que esta tarde le devuelve a la capital alavesa?
-En este disco interpretamos temas de Camarón, Djavan, Serrat, Lole y Manuel... todo ello con una intención romántica que es rescatar estas canciones que son parte de la historia de la música y de nuestra vida, pero que son temas, por desgracia, tan actuales. Es un homenaje, un paseo por el pasado.
Aunque parezca que publicar un disco cada vez tiene menos recorrido en cualquier estilo, ¿contenta con lo que viene sucediendo desde que en mayo sacó al mercado este trabajo?
-Estoy muy contenta con cómo está transcurriendo todo. Partiendo de la base de que somos artistas que no somos conocidos y de que tu lucha es mayor que otras personas que tienen más reconocimiento mediático, no me puedo quejar. El disco ha tenido una recepción muy buena.
Sin desmerecer a Daniel García, pero se dio el lujo de grabar con Marco Mezquida al piano. ¿Qué recuerda de la labor del estudio?
-Fue un trabajo precioso. Es un disco, por así decirlo, espontáneo. No hubo encuentros antes de grabarlo y la música de arregló en el momento. Esa magia se percibe en el álbum. Igual que la que generó el estar todos grabando en la misma sala. Por eso tiene un montón de espontaneidad, creación e improvisación dentro del respeto a las canciones. Trabajar con Marco o con cualquier otro gran músico como Pablo es muy interesante, pero a mí me mueve más la parte personal que me relaciona con ellos, todo lo que me aportan. No tengo muchas oportunidades de hacer trabajos como éste y llevarlo a cabo con amigos que te quieren tanto, lo hace todo muy especial. Pasa lo mismo con los conciertos. A Vitoria no viene Marco pero sí un grande como Dani García. Es increíble tocando y creando, un músico esencial para mí.
Son temas conocidos de gente reconocida. ¿Hasta qué punto le ha preocupado llevar a su terreno estas canciones?
-A nivel artístico, puedes decir: mira, hace versiones, no son sus canciones. Y decirlo quitándole mérito al trabajo. Pero yo pienso: este repertorio que he escogido tampoco lo puede defender cualquiera. Son obras de arte que ya como son, están perfectas. Pero tú las coges y las llevas a tu terreno, las haces tuyas y eso, de por sí, es todo un atrevimiento. Yo lo he hecho con todo el respeto, el amor y la humildad, como un homenaje.
¿Qué tiene que darle el disco ahora que ya es una realidad o está ya pensando en lo siguiente?
-Llevo desde diciembre del año pasado trabajando en este álbum y ya estoy un poco con ganas de cambiar de chip (risas). Pero es verdad que hemos hecho una inversión grande en muchos sentidos y hay que acompañar al disco e intentar que siga dándonos buenas noticias. Así que la intención es seguir tocando en 2020, poder llegar a todos los sitios que pueda y, mientras tanto, empezar a trabajar en un nuevo proyecto.
Es la segunda vez como líder en el Dazz, aunque en este espacio ya ha estado también en otras ocasiones acompañando a otros músicos. ¿Como en casa?
-Total. Pero es que te tengo que decir una cosa sin ganas de hacer la pelota a nadie ni nada. Vale, me encanta Vitoria, pero es que el público de Dazz, en concreto, es muy especial. Yo soy fan de tocar en clubs pequeños. Por supuesto que si llenas un auditorio o si tocas en un lugar gigante repleto de público, se generan muchas emociones. Pero la realidad es que la magia que tiene el club pequeño y la cercanía con la gente es increíble. Y, concretamente, Dazz es de los mejores sitios para tocar. Es más, te podría decir que es el sitio donde he visto reaccionar mejor a la gente ante los músicos. El público está siempre muy conectado y nunca se quiere ir, que es algo fantástico (risas). Eso me encanta y por eso voy muy ilusionada. De hecho, la labor que está haciendo Beñat Lasagabaster se nota. Está haciendo una programación con la que ha conseguido que todo el mundo quiera ir a tocar a Dazz. Hablo con compañeros músicos y todo el mundo quiere ir. Poca gente hay como Beñat, que tenga esa iniciativa y ese criterio.