Vitoria - Salvo sorpresa, es la última de las ferias literarias que aguardan a la capital alavesa por este año. Se vuelve a citar con los lectores desde la plaza de Correos, quedando ya lejos aquellos años en los que sus puestos se instalaban a lo largo de la Avenida Gasteiz, casi en paralelo al Europa. Pero llegaron los cambios en aquella zona -sobre todo con el tranvía- y tocó mudarse, volver a cambiar, como cuando la cita separó su camino de la que se produce entorno a los libros viejos y antiguos. Pero a pesar de las idas y venidas, siempre hay espacio y momento para el fiel reencuentro. Son 33 ediciones ya y la veteranía no deja de ser un grado. Igual que la constancia. Así que no hay excusas para dejarse llevar entre títulos, páginas, imágenes y palabras.
Eso sí, no hay que dormirse en los laureles porque la Feria del Libro de Saldo y Ocasión de Vitoria afronta ya su recta final. Este domingo 6 de octubre llegará el momento de despedirse de la ciudad y de los innumerables vistazos -unos más superficiales, otros más concienzudos- lanzados por parte de los viandantes a alguno de los 17 puestos que componen esta gran librería al aire libre. Stands en los que encontrarse con las librerías, distribuidoras y editoriales Izakiak, Prólogo, El Mundo de los Minilibros, Lauburu, Gorbea y Beti desde Álava; Berriak, Izadi, Iñaki, J. C. Irizar, Jator, Edur, Guk, Artia y Ainhoa Liburudenda de Bizkaia; Ramos, Ekin, Mattin y Abarka de Gipuzkoa; Cajón desastre de León; y Caracuel e Imán de Málaga. Todas ellas presentes en la capital alavesa de la mano de la Cámara del Libro de Euskadi.
Es a las once de la mañana cuando sus puestos se ponen en marcha hasta el respiro gastronómico. Así que entre las dos y las cinco de la tarde es momento de descansar, para volver a encontrarse con los posibles compradores hasta las ocho y media de la tarde, cuando la oscuridad que avanza con el otoño es más que una realidad a la vista.
Agolpados pero en un perfecto orden, hay títulos para todos los públicos y, sobre todo, para todos los bolsillos. Con un único euro se pueden hacer maravillas. En cuanto a la temática, lo más solicitado como siempre es la novela, aunque el libro infantil y juvenil, la gastronomía y la historia, así como los viajes suelen tener bastante predicamento entre los lectores de la capital alavesa. Ha habido años, de hecho, en que lo relacionado con la comida desplazaba a todo lo demás. De todas formas, como siempre pasa en estas ferias, lo fundamental es tener curiosidad y dejarse llevar. La mejor de las sorpresas puede aparecen en cualquier sitio. Así lo van a poder comprobar quienes hasta el domingo pasen por la céntrica plaza.