madrid - Óscar Jaenada y Sergio Peris-Mencheta ponen acento mexicano a la presencia española en Rambo: Last Blood. La quinta entrega de la saga protagonizada por Sylvester Stallone, que llegó a los cines ayer, retoma la historia de un sufrido y envejecido John Rambo que debe enfrentarse a un cártel para rescatar a su hija. Eso sí, “no es una película de blanquitos contra mexicanos”, advierte Peris-Mencheta.

En una entrevista en Madrid con motivo del estreno del filme, el actor señala que la cinta relata “la historia de alguien que busca a su hija”. “Ésta no es una película de blanquitos representados por John Rambo contra un cártel mexicano”, explica. Profundizando en las problemáticas que aborda la nueva entrega de Rambo, más allá de la discriminación racial, el actor sentencia: “cómo el cártel se aprovecha de las mujeres es algo que representa, más bien, el patriarcado”.

Pero la sospecha es más que congruente, pues, como advierte Jaenada, el tono habitual de la franquicia la sitúa en estos derroteros. “La película tiene el tufo de Rambo, un tipo del centro de Norteamérica que duerme con su pistola. Pero no se trata mal al latino o al mexicano, nos alejamos del tema”, reafirma el intérprete.

al rescate de su hija En Rambo: Last Blood -Última Sangre-, un John Rambo entrado en años tendrá que volver a la acción para rescatar a Gabrielle (Yvette Monreal), la hija de su amiga María (Adriana Barraza), de un peligroso cártel mexicano donde están Víctor (Jaenada) y Hugo Martínez (Peris-Mencheta). Para ello contará con la ayuda de Carmen, una intrépida periodista a la que da vida Paz Vega y que completa la amplia presencia española de la película.

Una presencia que está delante y detrás de las cámaras, pues “la mitad del equipo de especialistas es español”. Ahí, Peris-Mencheta reclama también la presencia de Cristina Sopena, “una gran diseñadora de la que apenas se habla y habría que conocer más”. Parte de la película fue rodada en Tenerife, eso sí, “por incentivos fiscales”, según reconoce el actor. “No fue una coproducción”, recuerda.

Ambos actores fueron seleccionados por el propio Sylvester Stallone, tal y como indican. Un Stallone más que celoso del desarrollo de la película. “El trabajo ha sido muy duro, pero, además, en el rodaje, Stallone lo cambiaba todo”, confiesa Jaenada. “Pero lo hacíamos como él decía y te dabas cuenta de que la escena ganaba mucho, de que tenía razón. Stallone es puro cine”, sentencia.

“El control de Rambo no está en la dirección, en la producción ni en el guión. El control de Rambo lo tiene él”, opina Jaenada. Y Peris-Mencheta apuntala, en torno al trabajo con Stallone: “Hemos aprendido de alguien que se ha hecho a sí mismo, que lo tenía todo para no triunfar: por físico porque era bajo y tiene parálisis facial. Pero se hizo un hueco en la industria”, aplaude.- E.P.