Vitoria - De la mano de Un Poyo Rojo, el Festival de Teatro de Humor de Araia cerró ayer por la noche su cita con el público de la localidad, aunque esta vigésimo sexta edición del certamen todavía tiene mucho que decir gracias a la programación paralela que se desarrolla durante todo el mes en distintos puntos del territorio. De hecho, desde el pasado día 7 se vienen sucediendo las representaciones al aire libre tanto con compañías que han pasado por el evento como con grupos que la cita ha tenido que incorporar de manera extra para atender a la demanda existente por parte de los municipios que han querido participar este año en la iniciativa.
Buena parte de las actuaciones previstas en este 2019 coinciden con la celebración de las fiestas patronales de cada lugar, algo que se ejemplifica en Laudio. Aquí es donde más representaciones quedan por producirse, coincidiendo con el próximo fin de semana. Así, el 23 será el turno para Circo Los, que llevará hasta el parque de Lamuza el espectáculo Vintage Brothers. En el mismo emplazamiento se producirán las otras dos obras restantes. El 24 tomará el relevo la Compañía Trotamundos, que al igual que Circo Los, es uno de los grupos invitados por el festival para completar este circuito por el territorio. En su caso, representará Historias de un baúl. Como en las citas precedentes, el 25 el encuentro con el público también se producirá a las 19.00 horas. Esta vez serán las componentes de Malicia!Cia las que acudan para compartir El punto de la i.
Coincidiendo con estas jornadas se producirán representaciones en otros lugares. El 23, por ejemplo, la mencionada Compañía Trotamundos estará a las 18.00 horas en la plaza de San Bartolomé de Okondo con Historias de un baúl, la misma producción que el grupo llevará el 25 a las 19.30 horas hasta Manzanos. De hecho, esta agrupación será la misma que ponga el punto final al festival y su cartel paralelo el 31 a las 19.30 horas en San Román de Campezo. Ahí sí se bajará el simbólico telón de esta vigésimo sexta edición y habrá que empezar a pensar de manera exclusiva en todo lo que vendrá en 2020.
De esta forma, el evento completará una fórmula nacida a principios de este siglo y que conlleva la implicación, también económica, de los municipios participantes y la Diputación. De su mano se puede desarrollar una programación que tiene en la calle a su escenario de referencia, con los riesgos que esto también conlleva por las condiciones climatológicas. Pero parece que nada puede con la necesidad de crear, compartir y disfrutar.