madrid A pesar de que todos los móviles están conectados a páginas web que ofrecen información del tiempo que va a hacer al minuto, la sección meteorológica de las cadenas de televisión es una de las más vistas. José Antonio Maldonado dice que no es que no quiera mojarse, que le es imposible predecir qué tiempo va a hacer durante todo el mes de agosto, tira por el camino del medio y dice que será un mes seco, pero según en qué zonas.

¿No quejamos mucho del tiempo en verano?

-Nos quejamos en todas épocas, en verano nos quejamos de calor y en invierno por frío.

Dice el refranero que nunca llueve a gusto de todos.

-Y tampoco cuando calienta el sol. El tiempo es algo de lo que hablamos mucho, pero nunca estaremos de acuerdo con si es bueno o malo. Siempre hay quejas.

¿Podríamos hablar de un verano atípico?

-Podríamos hablar de un verano caluroso, sin ninguna duda. La primera ola de calor se presentó en junio y fue muy temprana. Que haya una ola de calor avanzado o a punto de terminar el mes de julio no es algo que pueda considerarse anormal.

Pero sí fue anormal la de junio, ¿por qué?

-Junio es un mes en el que habitualmente el calor no salta con esa fuerza. En Bilbao se llegó a alcanzar más de 40º el 27 de junio?

¿Un récord?

-No, en Bilbao no se batió ningún récord en junio. Otras capitales sí que registraron temperaturas de récord. En Bilbao, pocas veces, afortunadamente, pero esas temperaturas se habían dado.

¿Calentamiento global de la Tierra por acción del hombre o acontecimientos naturales?

-Ambas cosas. Desde que existe la Tierra hace 4.600 millones de años, ha habido épocas de enormes glaciaciones, de tal manera que gran parte de la superficie terrestre de la Tierra ha estado cubierta de nieve. En otras épocas, las temperaturas han sido anormalmente altas y han crecido plantas en lugares que hoy consideraríamos insólitos. El clima siempre ha estado cambiando, el clima evoluciona, no es estático.

¿Y la mano del hombre?

-Eso es lo preocupantes. Saber si el hombre está incidiendo en la evolución del clima y si es el causante de un calentamiento excesivo de la Tierra, es lo que hay que tratar de resolver. En cualquier caso, las consecuencias no parecen que vayan a ser nada beneficiosas.

Recientemente, hemos leído titulares en los que se anuncia a España como el desierto de Europa.

-No lo sé. Pienso que es un poco exagerado. En todo caso, eso ocurriría dentro de muchos, muchos, años. Los que estamos hoy en vida no creo que vayamos a conocer esa España convertida en desierto. No va a ser tan rápido. Es cierto que desde mediados del siglo pasado se aprecia una tendencia a subir las temperaturas.

¿Es espectacular esta subida?

-Es poco a poco. No quiere decir que cada mes sea más cálido que el del año anterior, eso no siempre ocurre. Lo que sí es cierto es que la pendiente es ascendente. Los datos registrados sí apuntan a una tendencia al calentamiento global.

En unos días nos encontraremos con una parte muy importante de los ciudadanos disfrutando de las vacaciones de agosto. ¿Podría adelantar que tiempo va a hacer?

-Va a ser un agosto caluroso, pero no se puede matizar mucho o generalizar el tiempo de todo un mes. De todas formas, hay que materializar siempre las previsiones del tiempo según las zonas.

Hay quien se queja de ustedes, los meteorólogos, diciendo que en las previsiones todos los avisos de lluvias se colocan en el Cantábrico, aunque luego no se cumplan.

-Eso son tonterías, perdóneme usted, pero quién dice eso no sabe muy bien de lo que habla. Nosotros damos siempre el pronóstico, no la certeza del tiempo que va a hacer, eso sería imposible. Eso de que tenemos tendencia a poner lluvia en el Norte es un mito, eso no es así. Evidentemente, llueve mucho más que en el Sur, si no, no tendría esos maravillosos paisajes.

Pues se ha quejado hasta algún presidente autonómico.

-Ja, ja, ja? Ya le digo, tonterías. Soy del Sur y mi tierra no tiene la belleza que hay en el Cantábrico.

¿Cuántos años confeccionando mapas del tiempo?

-El año que viene se van a cumplir 50 años que soy meteorólogo. He disfrutado, sigo haciéndolo, con esta profesión, estoy muy satisfecho de ella.

Sin embargo, en su juventud le tiraba más la aviación.

-Mi verdadera vocación era la de ser aviador, es cierto y estoy seguro de que si volviera a nacer, volvería a querer serlo.

¿No le ha resultado frustrante dedicarse a darnos el tiempo en lugar de volar por el mundo?

-No, ni mucho menos. He disfrutado de mi profesión muchísimo. Las circunstancias de mi vida determinaron que en aquel momento no debía irme de Sevilla. Estudié Físicas y estando en esta carrera me enteré que existía el cuerpo de meteorólogos. Pertenecía en aquellos momentos al Ejército del Aire y por eso hice oposiciones a este cuerpo.

Su mujer (falleció el año pasado) tenía su misma profesión. ¿Estaban de acuerdo en los pronósticos?

-Ja, ja, ja? No, a veces teníamos opiniones muy diferentes. Pero es lo normal, tampoco los médicos están de acuerdo unos con otros.

¿Ha cambiado mucho la forma de dar el tiempo en televisión?

-Depende. Desde que yo comencé hasta que me fui sí; desde que me fui a ahora, muy poco. Cuando yo empecé, pintaba los mapas con rotulador, no teníamos modelos que nos dieran información meteorológica más allá de un día o dos.

Ahora se cubre con más o menos eficacia hasta 14 días.

-Sí, pero eso ya lo podía hacer yo cuando me fui de TVE hace más de 10 años. Ahora la evolución de las predicciones es más lenta, se dio un tiempo en el que los cambios tecnológicos se dieron con pasos agigantados y ahora vamos calmados.

¿Qué elementos tenía usted cuando empezó?

-Por no existir, no existía ni el fax, internet era ciencia ficción, tampoco había radares? Yo empecé en el Instituto Nacional de Meteorología en el año 1970, en el 85 me fui a TVE, pensé que era una aventura para unos meses y me tiré casi 25 en la televisión. Teníamos pocos medios, pero pronto empezaron a producirse numerosos cambios que fueron muy beneficiosos y las predicciones fueron más fiables.

Tiene que ser pesado que le pregunten a modo particular un día sí y otro también el tiempo que va a hacer.

-Han sido millones de veces y no ha sido pesado. Lo han hecho, lo hacen, personas que te conocen y las que no te conocen, me llaman por teléfono y me preguntan qué es lo que va a suceder tal día porque tienen una boda, van a hacer una salida o han organizado una barbacoa.

¿Le molesta?

-No. Creo que mi móvil lo tiene casi toda España. Recuerdo a amigos que me han llamado porque se casaban sus hijas y querían saber si tenía que poner una carpa o no.

¡Vaya compromiso! ¿Y si no acertaba?

-Es lo que te digo, hablar del tiempo qué va a hacer es una predicción, no una seguridad. Estamos aún muy lejos, no sé si llegará algún día, de asegurar el tiempo que va a hacer. Podemos no acertar con una predicción pero hay muchas menos equivocaciones que hace años.

A veces las predicciones parecen apocalípticas con tantos avisos y alarmas. ¿Son necesarias estas advertencias?

Creo que sí, no son apocalípticas como usted dice. Los avisos son necesarios. Es necesario decir que los vientos pueden superar una determinada intensidad, que pueden caer lluvias intensas, que las nevadas pueden alterar la vida de determinadas zonas. No es lo mismo que nieve en el Pirineo que en Bilbao, si hay previsiones de nevadas en la ciudad hay que lanzar avisos.

“Va a ser un agosto caluroso, pero no se puede matizar mucho o generalizar para todo el mes completo”

“Es cierto que desde mediados del siglo pasado se aprecia una tendencia a subir las temperaturas”