Amurrio - Lo suyo fue llegar y besar el santo. Con su primera maqueta, allá por 2005, se convirtieron en los ganadores del primer certamen de bandas del Alto Nervión que, por aquel entonces, organizaba la Escuela Municipal de Música de Amurrio. El primer disco Adi! llegó en 2008 y con él dieron más de un centenar de conciertos. Sin embargo, con Zaratak agindu dezan! (2015), la cosa comenzó a estancarse y los bolos a escasear, no por falta de calidad sino más bien porque, según creen, su procedencia (la comarca de Aiaraldea, a caballo entre Álava y Bizkaia) les deja fuera del circuito de salas y promotoras de las capitales, y más en su género: metal cantado en euskera. Ellos son Rubi a la voz, Beñat y Koldo a las guitarras, Lander al bajo y Sagu a la batería, o lo que es lo mismo, Izatefaltsua que este viernes estarán tocando en las fiestas de Santa Ana del barrio laudioarra de Areta, a cuyo escenario se subirán a las 23.00 horas junto a Z.E.N. y antes de la verbena que cerrará la segunda de las cuatro jornadas festivas, a cargo de Iratzar.

Izatefaltsua es parte de la gran familia Burubio. De hecho son miembros de la asociación y ensayan en sus instalaciones de Amurrio. ¿El haber ganado la primera edición del concurso de bandas del Alto Nervión, con su primera maqueta en 2005, es lo que les dio la idea de organizar Amurriock?

-Hombre, al final todo va un poco unido y se puede decir que el certamen Amurriock, que el pasado mes de junio celebró su segunda edición, es una continuidad de aquello. Así que si hay que buscar un germen o impulsor de la idea, esa es la Escuela Municipal de Música de Amurrio, ya que ellos empezaron. Burubio lo retomó el año pasado, a raíz del convenio que se firmó con el Ayuntamiento, que nos llevó a colaborar con la propia escuela.

¿Qué recuerdos guardan de sus inicios?

-Fue una etapa bonita, con un despegue no muy usual, porque con el primer disco ofrecimos más de un centenar de conciertos por toda Euskal Herria, y junto a grupos de la talla de Anestesia, Berri Txarrak, Kop, Governors, Willis Drumond o Non Servium. También éramos más jóvenes, estábamos estudiando y teníamos más tiempo para quedar y ensayar. Ahora ya, metidos en la rueda del mercado laboral, todo se complica, aparte de que el cuento ha cambiado un rato? hasta de integrantes.

¿Por eso tardaron siete años en lanzar el segundo disco?

-En buena parte sí.

¿Y cómo está siendo el recorrido de este último trabajo?

-Mucho más parado que el primero, habremos dado una treintena de conciertos en los últimos cuatro años, a lo sumo. Y el más lejano en el festival de metal extremo Cuzcumendi de Briones en La Rioja

De su trayectoria, ¿recuerdan alguna actuación en especial?

-Grabada a fuego en la retina, sin duda, cuando abrimos la 50 edición de la Azoka de Durango en 2015. También fue muy significativo para nosotros el concierto junto a Anestesia en fiestas de Llodio de aquel mismo año y, por supuesto, el que ofrecimos en Burubio con Eraso!.

Este año se han quedado en puertas de tocar en las txosnas, durante las fiestas de La Blanca. ¿Es difícil tocar en la capital?

-Uffff, mucho. Solo hemos tocado una vez en el Gaztetxe y en nuestros inicios, porque fue con el primer disco; y luego con el segundo, otra vez en el Ardo Ona, y hasta ahí. Es muy difícil que te llamen.

¿A qué creen que se debe?

-A que estamos un poco fuera del circuito de salas y promotores. Por nuestra zona hemos tocado ya en todos los sitios y nos siguen saliendo conciertos. Pero es que no queremos tocar siempre en el mismo entorno, porque por mucho que tu gente te aprecie y gustes, al final también puedes terminar aburriendo.

Y con Bilbao, dada la cercanía con la comarca de Aiaraldea de donde proceden, ¿ocurre lo mismo?

-Lo mismo o peor. El Gran Bilbao igual es la zona de Euskadi en la que menos hemos tocado. Nos han reclamado bastantes más veces desde Gipuzkoa o Navarra.

O sea que residir en Aiaraldea en vez de una ventaja les está resultando todo lo contrario?

-Pues eso parece, porque al final estamos en tierra de nadie. Para Álava eres medio vizcaíno, y para Bizkaia, eres alavés? así que es poca la gente que, ya sea de una u otra provincia, se acuerda de echar un vistazo a ver qué surge o se crea en esta zona. También influye la cantidad de grupos que hay ahora. Algo que se nota mucho cuando miras qué nombres configuran el cartel de tal o cual festival. Al final se valora más el ser conocido de los organizadores para rellenar huecos que la calidad o esa es nuestra impresión, al menos. ¡Ojo, también el estilo musical influye y mucho!. En Aiaraldea, por ejemplo, el metal está de capa caída. En los conciertos siempre somos cuatro de público y siempre las mismas caras y, cada vez, cuesta más llegar a la gente joven. En los bolos de Izatefaltsua, por ejemplo, la media de edad es bastante alta. Todo nuestro público tiene de 40 años para arriba, de 35 para abajo es muy raro. A eso se le suma que escasea la gente que se mueva a ver un concierto como tal. Si tocas en fiestas que ya hay ambiente, no pasa ¡claro!. Y no nos ocurre solo a nosotros, lo vemos con muchísimas bandas buenísimas que vamos cuatro a ver, a no ser que sean grandes nombres.

Aún así, siguen trabajando en un tercer disco

-Por supuesto, estamos componiéndolo poco a poco y sin prisa. Tenemos ya cinco temas de los ocho o diez que queremos que integren el nuevo trabajo, con la intención de lanzarlo en torno a abril del año que viene, e intentar configurar una gira de diferentes fechas en verano.

¿Tienen intención de grabarlo en el estudio de Burubio?

-Así es, porque nos va a resultar más cómodo. Tranquilos y sin las presiones que te da el hecho de estar en un estudio externo por horas. Así que estamos cien por cien motivados. Eso sí, tenemos la intención de realizar las mezclas fuera. Nos gustaría hacerlo con Iker de Childrain, que ya nos conoce, pero no está ni hablado y no sabemos ni si tendrá disponibilidad.

Han dicho que se trata de un metal más trabajado, en cuanto a línea melódica. ¿Y los temas?, ¿tendrán algún hilo conductor?

-Si te refieres a si el título tendrá un pilar base de unión, aún ni lo hemos pensado. Los que llevamos cada uno habla de una cosa, son temas de actualidad, eso sí. Cantamos nuestro día a día y el de nuestro entorno. Hay que usar la música para protestar contra las injusticias que pasan.