Vitoria - Les separan muchas cosas y les unen otras. Esta noche comparten la doble sesión de Mendizorroza dentro de un Festival de Jazz que tiene más que acostumbrado a su público habitual a construir una vez por edición carteles en los que el género decide ceder protagonismo, más allá de las críticas que esto ha generado en más de una ocasión. Le tocará abrir a un Jorge Drexler que en estos momentos está trabajando más su gira Silente, es decir, él a solas con la guitarra y la voz, aunque para la ocasión vendrá con banda y un repertorio un tanto diferente. Después aparecerá Omara Portuondo, que en 2014 estuvo en el polideportivo con la gira de despedida de la Orquesta Buena Vista Social Club y ahora vuelve con su propio tour de cierre, ya que ha decidido que a sus 88 años se va a tomar un respiro. Eso sí, está previsto que el creador uruguayo y la artista cubana se unan frente al público en algún instante. Todo ello a partir de las 21.00 horas, estando las entradas disponibles por 40 euros.

No se puede decir que Drexler esté en un momento dulce. Eso denotaría un periodo de tiempo limitado y no es así. Son ya muchos años en la primera línea de la escena internacional, construyendo una trayectoria valorada y respetada tanto por el público como por la industria. Sus esfuerzos le ha costado, por supuesto, sin olvidar que le pasa, como a otros compañeros de profesión, que a veces se sigue encontrando con una cierta frontera anglosajona que en países como Estados Unidos intenta frenar a la música que no se hace en inglés, aunque el artista en cuestiones tenga un Oscar en la mochila. Igual habría que dedicarse al reggaeton o a lo que ahora algunos se empeñan en llamar género urbano...

“Seguro que va a ser un concierto diferente a los que solemos dar”. Se lo decía el propio Drexler hace ya unas semanas a los espectadores gasteiztarras en un vídeo que colgó en redes sociales, y habrá que ver qué sorpresas depara una actuación en la que estará acompañado por músicos que tanto él como el público conocen bien como el batería Borja Barrueta y el bajista Martín Leiton, así como por Javier Calequi (guitarra y coros) y Carlos Campón (guitarra y programaciones). De todas formas, sería complicado reunir en un único recital todos los temas que a lo largo de sus años de carrera, el músico ha ido convirtiendo en sus imprescindibles para ese numeroso y muy fiel grupo de seguidores que tiene en diferentes partes del mundo. El que lo dude sólo tiene que ver todos los carteles de “taquilla agotada” que ya lleva colgados con Silente este año tanto aquí como en Chile, Uruguay y Brasil. Es más, en septiembre volverá a Argentina y ha tenido que incluir nuevas fechas porque las previstas han volado.

Lejos parece quedar su primer La luz que sabe robar, el inicio de un camino entre la canción de autor, el pop, el folk... aunque sería bueno reconocer que más allá de etiquetas, existe un sello Drexler que, además, siempre está abierto a recorrer sendas diferentes para no aburrirse y no dejar que el público se acomode. Un músico, por cierto, que en más de una ocasión ha reconocido entre sus referentes a la “maestra”, como él mismo la ha llamado varias veces, Omara Portuondo.

Será ella, tras el acostumbrado descanso, la que tome el relevo en la doble sesión dentro de los conciertos que está ofreciendo para despedirse de los espectadores. La intérprete de La Habana ha tomado la decisión de dejar los escenarios tras más de media vida dedicada a la música y, en sus primeros años de camino artístico, a la danza. En los estándares de jazz encontró la senda para dar sus primeros pasos como cantante, aunque a lo largo de estos años se ha dejado llevar por diferentes géneros, sobre todo porque han sido colegas de profesión muy diferentes los que siempre la han invitado a colaborar en canciones de lo más diverso.

Junto al pianista Roberto Fonseca, el bajista Yandy Martínez, el percusionista Andrés Coayo y el batería Ruly Herrera, Portuondo volverá a la capital alavesa para hacer un repaso de esos imprescindibles a lo largo de su trayectoria durante un concierto que va a ser exclusivo en el Estado. Es decir, que la de hoy es una cita única que sería bueno no perderse porque puede que no haya más.