El último verano tiene el peso del documento que es y el aire lírico de una ficción épica, que encuentra en la figura del perdedor resignado, el drama anunciado de un fin de ciclo. La historia no puede ser más sencilla, es la de Miguel Ángel, una bestia tecnocrática en extinción que programa proyecciones en 35 mm por pueblos de España. Pero lo que ilumina le película por dentro es la belleza forense con que se nos muestra el inventario museográfico y verbal de un mundo que dejó de andar.
Hoy lunes 1 de julio, a las 19.30 horas. En el Centro Cultural Montehermoso (Fray Zacarías Martínez, 2).