madrid- El escritor Juan Cruz publicó ayer su nuevo libro, Viaje a las islas Canarias (Aguilar), en el que presenta “un recorrido hacia la memoria y voces de las islas Canarias” y, a la vez, realiza un anecdotario cultural e histórico de esta comunidad autónoma, como dijo el también historiador.

“Se trata de una experiencia personal hacia cada una de las islas, una detrás de otra, y lo que significan, un gran fresco del mundo”, señaló el periodista sobre el libro que recopila anécdotas sentimentales, recuerdos y experiencias de las personas que viven en las islas, así como de figuras públicas que han pasado por allí y dejado una huella.

En este sentido, indicó que no es una “guía turística al uso”. “Escribí esta historia porque el editor inglés Peter Mayer me pidió hacer una historia cultural, por eso me aventuré en este recorrido por las islas, desde La Gomera hasta Lobos”, explicó Cruz.

Para definir el recorrido, el escritor trazó una ruta inspirada en los testimonios de viaje a Canarias que dejó el escritor Ignacio Aldecoa en Cuaderno de Godo. “Voy a todas las islas pero mi travesía no es en el mismo sentido que Aldecoa, y además incluyo El Hierro, que él no vio porque era difícil atracar”, agregó.

DE BRETON A MERKEL Cruz destacó que su ruta comienza en La Gomera, un día después de la visita de la primera ministra alemana Angela Merkel en el año 2000, cuando aún no no estaba en la administración pública. “Yo fui a comer al monte, y allí me contó la señora que servía las comidas que antes había estado esta mujer, al final son las voces de las personas de la isla”, explicó el escritor, quien ha hecho el libro “sobre el terreno”.

En relación a los personajes, Cruz señaló que Canarias es una “tierra muy cosmopolita”, por la que han pasado figuras como el pintor canario César Manrique, los escritores José Saramago o Miguel de Unamuno, el dramaturgo William Shakespeare, o el geógrafo Alexander von Humboldt, cuyas anécdotas con las islas están recopiladas en el libro.

Cruz también plasmó las palabras de André Breton, que decía que Tenerife “era una isla surrealista, por la forma de sus nubes en combinación con el concreto y las formas que va adoptando la lava”. En su obra reunió estos “descubrimientos” para una comprensión de la vida canaria “más profunda”.

“Creo que buscaban lejanía y yo busco el paisaje interior, dicen que al final todo isleño lleva adentro una isla que camina con uno”. “Desde la superficie hasta el fondo en un viaje por la memoria”, añadió el escritor, para quien el libro tiene dos elementos claves: “la melancolía y el amor”. -E.P.