Vitoria - El colectivo arrancó este 2019 con una exposición narrativa y multidisciplinar en la Escuela de Artes y Oficios. Fotografía, ilustración, audiovisual... se unieron en Una niña puede ser un gato, una propuesta de Mero Muro en la que Patricia García y Jon Gil compartieron con el público algunas de las inquietudes fundamentales que marcan sus formas y también sus fondos. Pero en esta ocasión, demostrando una libertad de acción que no es tan común y un interés por investigar en distintos campos creativos que tampoco es tan habitual, es el teatro el que les sirve a ambos para reclamar la atención del otro.
Así, el escenario del Jesús Ibáñez de Matauco del centro cívico Hegoalde acoge hoy el estreno de Níobe, montaje que se presenta como una reinterpretación en clave poética del mito clásico acerca de este personaje cuyo orgullo y soberbia se terminó convirtiendo en un desconsuelo sin fin. La representación, de unos 50 minutos de duración, se va a producir a partir de las 19.00 horas, estando las entradas disponibles por un precio único de 8 euros. Frente a los presentes se encontrarán Maite Saez de Vicuña, Amaia Cid y Xavier Chavarri, que lucirán un vestuario realizado por la diseñadora bilbaína Itziar Cordo. Eso sí, el encuentro con los espectadores se abrirá con otro estreno, el del grupo de música drone Úr.
Aunque la danza también tiene su presencia en la producción, “jugamos mucho con los silencios, tanto que sabemos que puede llegar a crear cierta inquietud”, explica Gil, al tiempo que describe que la adaptación en clave poética realizada por el colectivo cultural cuenta también con una clara influencia de “aires orientales”, aunque prefiere no dar más detalles para no desvelar las sorpresas que conocerá el público de primera mano.
“Nos interesaba tratar temas que son habituales para nosotras como la muerte o la creación artística y la relación con lo que se supone o se entiende como real”, explica Gil, que también se va a encargar de la caracterización de los tres intérpretes que esta tarde se subirán a las tablas del Ibáñez de Matauco. Aunque la representación se va a llevar a cabo dentro de la programación de Gauekoak y, por supuesto, con su apoyo, “no es una creación dirigida de manera especial a las personas jóvenes sino a todo tipo de públicos”, comenta Gil sobre este último proyecto del colectivo que, eso sí, ya tiene en mente otra propuesta para el año que viene tras conseguir el respaldo de Haziak.