Madrid - El artista danés Henrik Olesen desembarca en el Reina Sofía con una exposición, su primera gran retrospectiva en España, con la que desmonta la ficción heteronormativa y trata de construir una historia alternativa de los afectos.
Olesen (Esbjerg, 1967) reúne en el museo madrileño su obra más relevante de las últimas décadas en una muestra que estará abierta hasta el 21 de octubre. La visibilidad del colectivo LGTB atraviesa toda la obra del artista. En una de las salas, Olesen dispuso varios paneles en los que muestra artistas homosexuales nacidos entre 1300 y 1870.
Lo hace a modo de archivo, pero con categorías inventadas y de toque dadaísta como Some Faggy Gestures , mujeres retratadas por mujeres o un apartado dedicado a artistas lesbianas. “Son artistas de hace tantos siglos y que no son conocidos por el gran público, que no te lo puedes creer”. Entre las artistas descubiertas por Olesen se encuentra un grupo de estadounidenses que en el siglo XIX residieron en Roma, la mayoría con asistentes hombres o una artista negra de principios de siglo dedicada a hacer esculturas de esclavos.
“Empecé este proyecto sin pensar que era una obra de arte, comencé en 2005 a reunir imágenes. Se volvió como una obsesión, me encanta hacer categorías y me volví un poco loco”, explicó el autor en declaraciones a Efe. “No quiero proponer una historia del arte alternativa sino construir una imagen múltiple y positiva de la cultura homosexual, añadió.
La obra del artista danés, de alta densidad conceptual, “genera más preguntas que respuestas”, hay que “meterse en ella” para entenderla, explicó ayer durante la presentación de la muestra el director de la pinacoteca Manuel Borja Villel.
El artista también usa formatos muy diferentes para cuestionar la sociedad binaria heteronormativa y trata de mostrar cómo las instituciones como los medios de comunicación y los discursos oficiales han ayudado a construirla. Uno de los espacios está dedicado a la figura del matemático inglés Alan Turing, homosexual y precursor de la informática moderna, que fue procesado por su orientación sexual y obligado a tomar hormonas femeninas. El artista le rinde tributo no sólo como víctima, sino por su contribución a la inteligencia artificial en una sala en la que disecciona un ordenador con todos sus elementos.
El autor ideó también dos habitaciones caja, que se ubican en los pasillos del edificio. En una de ellas, Lack of information, recoge información sobre leyes antisodomia de 195 países en muchos de los cuales estas prácticas todavía se castigan con prisión y pena de muerte.
El artista también utiliza materiales asequibles y cotidianos como palos, tarros de comida o ropa para criticar la cultura contemporánea. La obras más recientes, dedicadas a las nuevas representaciones queer, remiten al concepto de crisis existencial.
La exposición coincide esta semana con el arranque del Orgullo y en el museo con la dedicada a David Wojnarowicz, un artista homosexual estadounidense cuya obra criticó la doble moral de la sociedad de su tiempo. “No solo es necesario cuestionar la hipocresía de la sociedad, sino también cómo se construyen las subjetividades”, explicó el director del museo. -Efe