Vitoria - Casi todo en Mendizabala está ya preparado. Mientras se ultiman los detalles finales, hoy se espera que empiece a llegar la primera parte de las miles de personas que tanto mañana como el sábado disfrutarán de la decimoctava edición del Azkena Rock Festival. De hecho, a las cinco de la tarde se abrirá tanto la zona de camping anexa al recinto como las taquillas para la obtención de las pulseras que dan acceso al certamen. En este último caso, hay que tener en cuenta dos cosas importantes. La primera, que las carpas ya no están a la entrada del evento, sino al lado del polideportivo de Mendizorroza al objeto de ganar espacio y seguridad. La segunda, que también se podrá hacer el intercambio en la Virgen Blanca en los conciertos de mediodía para evitar aglomeraciones.
Así se pondrá en marcha la maquinaria de “una propuesta que cuando nació era particular y difícil porque era y es un festival a contracorriente”, un evento especializado, un refugio para el rock que cumple su mayoría de edad en este 2019 siendo una cita “con pedigrí”, como describió ayer Alfonso Santiago, máximo responsable del ARF y de la promotora vasca Last Tour, en la ya tradicional visita previa con los medios de comunicación a las instalaciones de Mendizabala. Un recorrido que sirvió para certificar que “llegamos a los 18 con muy buena salud”, algo que también se certifica en la taquilla: “vamos muy bien de ventas y ya sabemos que vamos a superar los datos del año pasado”, cuando 31.000 personas acudieron a disfrutar del cartel diseñado.
En esta ocasión, van a ser 44 los artistas y grupos que se van a distribuir por los tres escenarios al aire libre y los dos de las carpas Trashville, donde también habrá espacio para la vuelta de la lucha libre mexicana, sin perder de vista que también se recuperará el espectáculo motero y musical que propone Wall of Death. Alicientes que sumar al largo listado de exclusivas en el Estado que propone un festival que estará liderado por Stray Cats, The B52’s, Wilco y The Cult.
“Vamos a divertirnos”, vaticinó Santiago en una presentación en la que quiso poner en valor la sintonía con la Diputación Foral de Álava y el Ayuntamiento de Gasteiz para seguir trabajando en torno al certamen, sin perder de vista la posible recuperación del tercer día de evento, entre otras cuestiones. Pero tiempo habrá de ver esos futuros pasos. Lo más inmediato es un 2019 que, a grandes rasgos, mantiene la estructura de los últimos años, incrementando las mejoras en servicios, gastronomía, uso de vasos retornables... Todo encaminado a que la familia azkenera vuelva a sentir como suyo un festival que, por cierto, va a superar su récord de asistencia a la zona de camping, otro indicativo de que la afluencia será reseñable. “Además, en las últimas ediciones estamos haciendo un esfuerzo con el servicio de autobuses a ciudades como Bilbao y Logroño que está dando buenos resultados”.
Quienes acudan, además, tendrán la posibilidad desde mañana de adquirir sus abonos a precio reducido de cara a 2020 e ir reservando su espacio en un festival ajeno a situaciones convulsas como la cancelación del Doctor Music o la proliferación de festivales pequeños. “A nosotros lo que nos preocupa es el envejecimiento del género. La escena necesita una renovación de artistas”, así como enganchar a las nuevas generaciones, algo a lo que el ARF quiere contribuir dando acceso gratuito a los menores de 16 años acompañados por adultos y previa cumplimentación de una autorización. “Queremos que conecten con la cultura en general y la música en directo. Si además lo hacen con el rock, estupendo”.