Vitoria - Alejandro Ovejero (bajo), David Schulthess (teclados), Paco López (guitarra y voz), Carolina de Juan (piano y voz) y Ekain Elorza (batería) conforman desde principios de esta década uno de los grupos más destacados de la escena estatal, Morgan. Para muchos son la banda del momento, una formación que el sábado 22 a las 23.15 horas se subirá al escenario Love de Mendizabala para desplegar su sonido en el decimoctavo Azkena Rock Festival. Lo harán dentro de una inagotable gira en la que siguen presentando Air, un disco que incluso ha superado la gran repercusión que generó su álbum de debut, North.

‘Air’ está funcionando muy bien, tienen la agenda que asusta nada más verla, la crítica les quiere, el público cada vez es mayor... Si compran lotería, seguro que les toca.

-La verdad es que estamos flipando. Todo nos ha pillado por sorpresa. El primer disco, North, lo grabamos sin ningún tipo de expectativas. Sólo éramos unos amigos que querían registrar las canciones que habían hecho. No pensábamos que iba a pasar nada con ellas. Desde entonces, todo ha ido creciendo poco a poco, yendo para arriba. Cada vez todo va a más, a mejor y estamos disfrutando mucho. Es verdad que ves la agenda de conciertos de golpe y te pegas un par de sustos (risas). Pero, por suerte, creo que lo estamos sabiendo manejar bien.

¿Dónde está el truco?

-No lo sé (risas).

Lo digo porque tampoco es que Morgan esté haciendo un estilo que ahora esté especialmente de moda...

-... ni tenemos ninguna campaña de marketing detrás, ni ninguna discográfica, ni nada. Esto es música hecha desde el corazón, desde las entrañas y supongo que eso es lo que llega a la gente. Sí cuidamos mucho los conciertos, que sean todo un viaje, que tengan un sentido. Lo que siempre hemos hecho es tener claro que la música que hacemos entre nosotros nos tiene que gustar primero a nosotros. De ahí en adelante, lo que pase, sea bueno o malo, da igual. Por suerte, todo lo que está viniendo está siendo muy bueno. Que estés haciendo lo que quieres y que a la gente le guste y por eso te apoye, es lo que te da todavía más energía y libertad para seguir haciendo a nuestro modo. En este sentido, la situación, ahora mismo, es perfecta.

Desde que estuvieron en la sala Jimmy Jazz el pasado octubre no han parado, también saliendo a Inglaterra e Irlanda, llevando ‘Air’ por muchos lugares. El disco tiene un año y poco, y viendo el recorrido que está teniendo, ¿expectativas cumplidas? ¿les ha dado ya todo lo que tenía que ofrecer? ¿hay que pensar en volver al estudio?

-Sentimos este segundo disco como la prolongación del primero. Air nació en pleno final de gira de North y de hecho, seguimos tocando en directo el primero mientras grabábamos el segundo. Es un reflejo de lo que estábamos viviendo como banda entonces. En esa prolongación de un disco a otro, ahora va tocando pensar en parar, descansar un poco y centrarnos en lo que puede ser el próximo álbum. Casi seguro estaremos girando hasta diciembre o enero, para salir de tour el año que viene por el extranjero dentro de lo que podamos atar con nuestros recursos. En paralelo a eso, estaremos componiendo y grabando el nuevo disco, que todavía no sabemos cuándo saldrá, pero sí nos gustaría que fuera hacia finales de 2020 más o menos. Pero sí necesitamos estar una temporadita sin tocar por aquí tanto para descansar tanto nosotros, y centrarnos en hacer una buena docena de buenas canciones, como el público.

Hablaba antes de cuidar los directos. ¿Para quien todavía no les haya visto, Morgan es...?

-Supongo que una mezcla de rock, pop, soul pero con raíces más en los 70 que en lo actual. Sí que tenemos un toque clásico por así decirlo, pero somos una banda de ahora. Es como una versión renovada de una banda de los años 70. De todas formas, también hacemos un poco de funk, un poco de... es que hay canciones que te pueden llevar a otros sitios aunque seas una banda de rock, como es nuestro caso. La canción nos guía y nosotros no somos de los que tenemos complejos. Si lo que estamos haciendo nos gusta, el resto nos da igual. Si una canción nos sale más balada o más funk pero nos gusta, pues venga. Lo importante con cada tema es que cada uno de los cinco seamos felices tocándolo.

Lo preguntaba también porque hay parte del público del ARF un tanto purista que todos los años cuestiona la presencia de algunas bandas y éste ha pasado, por ejemplo, con Morgan.

-A nosotros nos hace muchísima ilusión tocar en el Azkena. Somos muy, muy fans del festival. Como público hemos ido varias ediciones y es un certamen en el que siempre nos hemos visto. El año pasado, por ejemplo, estuvimos viendo a Van Morrison. De hecho, fuimos por él porque al día siguiente teníamos que tocar en no sé dónde y nos teníamos que marchar. Y yo me pregunto: ¿por qué Van Morrison sí y nosotros no? Es otro tipo de rock que en los 70 nadie discutiría. Si el festival se hiciera en aquellos años, esa discusión no existiría. Pero bueno, no sé, es que nosotros vamos a tocar después de Wilco (risas). Me parece una discusión que no nos afecta. Vamos a subir al escenario para defender lo que hacemos y pensando que la gente va a disfrutar con nosotros.

En este o en cualquier otro festival, ¿da tiempo y ganas de ver otras cosas o el trabajo es el trabajo y hay que centrarse en eso?

-Depende del día. Por ejemplo, en el Azkena sí me gustaría acercarme un poco a ver a Wilco, aunque nos tocará montaje y seguro que no podré estar más allá de los primeros 20 minutos. Después de la actuación siempre nos suele gustar quedarnos, cuando pasa esa media hora de rigor en la que tienes que asentar la cabeza. La idea con Vitoria era ir el viernes, ver a Stray Cats y, bueno, estar allí a lo nuestro, pero al final tenemos un concierto en Teruel. Estaremos genial tocando en Teruel, eso por supuesto, pero sí es cierto que nos va a dar un poco de pena no ver a los Stray porque estábamos con ganas. Otra vez será, espero.

Como en toda la gira que están haciendo, aquí también estarán con el gasteiztarra Koldo Sagastume a los mandos. ¿En tour tan largos como el que están haciendo ahora, hasta qué punto es importante tener a alguien ahí del que uno se pueda fiar?

-Es fundamental. El trabajo que está haciendo Koldo con nosotros es impresionante. Estamos encantados con él. De hecho, aunque él no te lo va a decir, no hace más que recibir elogios de los técnicos de los sitios a los que vamos. Ha sido todo un acierto haberlo fichado. Te da la seguridad de que va a sacar el máximo partido al equipo que hay en cada lugar al que vas a tocar. Con él estamos muy tranquilos, es un seguro llevarlo.

Él ahora acompaña a una aventura que empezó hace siete años...

-Que es algo que hablábamos hace unos días, que han pasado ya siete años y los últimos cuatro, desde que grabamos el primer disco, han pasado rapidísimo. Todo ha sido como un torbellino. De hecho, estamos todavía ahí, en la tormenta, en a ver dónde estamos cuando pase el huracán que nos lleva. No somos conscientes, de verdad. Ir a Barcelona y que esté el Apolo lleno hasta arriba, que tengamos para el final de gira un sitio casi el doble de grande reservado, que estemos acudiendo a unos recintos de tanto aforo con llenos... es algo alucinante pero que todavía no hemos asimilado. Estamos disfrutando un montón, por supuesto.

Pero en aquellas primeras conversaciones de la banda, nadie planteó: imagina si un día...

-No, de verdad, no. Siempre ha sido: ¿pero toda esta gente, de dónde sale? (risas). Cuando el primer disco creo que llevaba cinco o seis meses en la calle, nos fuimos a tocar a A Coruña un lunes. Imagina, un lunes una banda dando sus primeros pasos. Pues había 300 personas. Y le preguntamos al público de dónde salía (risas). No sé, todavía me parece alucinante todo. Y eso ha pasado en siete años. No tengo palabras.

Bueno, es de esperar que esto sólo sea el principio del camino.

-Lo sentimos así, que esto es, por ahora, el principio de algo muy bonito que estamos viviendo y que ojalá podamos seguir desarrollando los años que sean a este nivel, que tampoco pedimos nada más. Estamos muy a gusto así. Somos una pequeña familia con mucho público en cada ciudad. No necesitamos nada más que seguir así.