Hay ocasiones en las que las coincidencias son solo eso. Les sucede a Juan Carlos Meana y Javier Hernández Landazabal. Sí, los dos son artistas y de Vitoria. Sí, los dos coinciden desde ayer en Artium, donde sus respectivas nuevas exposiciones van a compartir camino -y puerta de acceso- hasta el próximo 15 de septiembre. Y sí, se podría estirar el chicle mucho para encontrar nexos, puntos de conexión, hilos conductores... entre sus facetas creativas y personales. Al fin y al cabo, sí, los dos son seres humanos y, por lo tanto, respiran, sueñan, comen... Pero resulta del todo inane perder el tiempo en forzar vínculos cuando lo mejor que ofrecen uno y otro en Artium está en la diferencia, en dos universos propios, ricos e imposibles que cristalizan en NOS[ YO ]OTROS y en De lo perdido y lo recuperado.
Este último título corresponde a la propuesta de un Hernández Landazabal que cuenta para esta pequeña pero intensa muestra con el comisariado de Daniel Castillejo. De hecho, dice el ex director del centro-museo vasco de arte contemporáneo, que el proyecto nace de lo fortuito, de un encuentro en el que, como si nada, su compañero de charla le habló de unas máquinas disparatadas que no había enseñado nunca en público pero que llevaba muchos años generando.
Estos extraños artefactos -llenos de ingenio y también de mucha ironía- se traducen, por ejemplo, en un microondas en el que se calienta, si el público lo conecta, El jardín de las delicias de El Bosco, dando pie a no pocas interpretaciones más allá de las que el propio Hernández Landazabal hace. Pero la obra, como tal, ni empieza ni acaba ahí. En realidad, cada una de las piezas que componen este trabajo es una única pero conformada por tres partes: la máquina, su captación fotográfica y su intervención pictórica. La suerte y la muerte, Arte-ficio dadá, Tiempo muerto, L’ esprit de l’ escalier son algunos de los títulos que corresponden a la decena de conjuntos que el público encontrará para, si quiere ir más allá, plantearse diferentes reflexiones sobre cuestiones básicas para el ser humano, más allá de que Castillejo haga especial hincapié en el juego que se plantea aquí con la idea de la representación y su contraposición a la realidad.
De todas formas, hay un factor de sorpresa y de curiosidad que es mejor preservar pensando en quienes acudan durante estos meses al museo, que, por cierto, editará un catálogo sobre la producción que además de acompañarse por las palabras de Castillejo también sumará la voz de Antonio Altarriba, Premio Nacional de Cómic.
Vuelta a casa Si Hernández Landazabal se reserva en Artium un espacio pequeño y reservado, Meana hace todo lo contrario, despliega en el resto de la sala Norte un amplio y variado arsenal de instalaciones en las que lo pictórico, lo escultórico y lo audiovisual se confunden y dan el relevo. Con todos esos elementos, NOS[ YO ]OTROS es un paso más dentro del cuestionamiento constante que el autor hace de la mirada tanto del espectador como del propio artista, como destaca José Ángel Artetxe, comisario de esta muestra.
La relación entre el individuo y la comunidad, el posible conflicto entre lo asociativo y lo comunitario marcan una producción que se estructura en seis series diferentes aunque relacionadas, más allá de que como apunta Artetxe -que también escribe en el catálogo de la exposición junto al propio Meana y el galerista Fernando Illana- “ninguna obra se presenta o se puede entender como terminada”, ni ahora ni nunca.
“En estos trabajos tridimensionales se abordan aspectos concretos en esa tensión entre individuo y colectivo: la violencia, la lealtad, la vigilancia, la conspiración, el valor...”, dice Meana, que con este trabajo regresa a su ciudad natal desde Vigo, donde es profesor universitario el Facultad de Bellas Artes.