La haya - El machismo se ha reflejado en la literatura española de “la A a la Z, desde la determinación del canon hasta la propia reivindicación feminista, muchas veces intervenida”, asegura en una entrevista a Efe el novelista español Andrés Barba. “A veces tiene gracia que los hombres se atribuyan también a sí mismos la reivindicación feminista. Creo que, en este caso, la forma de apoyar el feminismo por los escritores varones afines al movimiento pasa más bien por estarse calladitos y dejar que sean las mujeres las que hagan su propio discurso”, asevera el escritor.

Nacido en Madrid en 1975, Barba acumula varios premios en España, entre ellos el Anagrama de Ensayo en 2007 por La ceremonia del porno, un género que, dice, ha cambiado tanto en las últimas décadas que él dedica las tres cuartas partes de su libro a hablar de esa evolución porque “casi se podría decir que es un género distinto, que tiene que ver más con el fenómeno amateur que con la pornografía en el sentido clásico de la palabra”. El feminismo está también presente en el porno, pero “desde su mismo origen” y no tan lejos como muchos pueden pensar, cree el novelista. “Las primeras revistas pornográficas norteamericanas de los años veinte estaban auspiciadas precisamente por feministas que vieron en la pornografía una oportunidad de educar sexualmente a los trogloditas de sus compañeros”, señala.

Barba, que está pasando unas semanas en la ciudad holandesa de Haarlem invitado por los organizadores del programa Citybooks, de la asociación belga De Buren, ha visto sus obras traducidas a diferentes idiomas, entre ellos el griego, el árabe, el neerlandés o el serbio, además del inglés, francés y alemán. Aunque muchos de sus libros son cortos, subraya que la longitud “no es una decisión previa a la escritura” ni tampoco una especie de “estrategia” para atraer a los lectores más perezosos. “Cada libro impone, al menos en mi caso, su extensión natural y esa es la que acaba teniendo”, promete. Tampoco cree que el número de páginas influya en la decisión de los lectores a la hora de comprar una novela u otra, es una cuestión un “poco aleatoria” porque, advierte, hay “libros cortos que son mucho más exigentes mentalmente que libros más largos”.

Además de escribir historias, que van en formatos de literatura infantil, ensayo, poesía y las múltiples novelas narrativas por las que se le conoce en todo el mundo, Barba es también traductor, un oficio muy común entre los escritores, ya que se “complementan muy bien, sobre todo si uno tiene la suerte de elegir a los autores que traduce”. En su caso, aunque visto como “un oficio de supervivencia” porque lo que le enamora realmente es escribir, ha llevado al español clásicos del inglés e italiano como Herman Melville (1819-1891), Joseph Conrad (1857-1924), F. Scott Fitzgerald (1896-1940) o Thomas De Quincey (1785-1859).

Barba le pone tanta pasión a sus relatos que no solo han sido traducidos en otros países, sino también llevados al cine en alguna ocasión, como La hermana de Katia (Het Zusje van Katia, en neerlandés), que ha sido adaptada a la gran pantalla en 2008 por la directora holandesa Mijke de Jong. “El sueño del escritor es escribir buenos libros, no que se lo lleven al cine. Por lo general, cuando se compran los derechos de una novela para el cine, el escritor no participa en nada del proceso, algunos lo hacen en la escritura del guion pero son pocos porque los directores son reticentes a dialogar con el aprecio que los escritores tienen a sus libros”, lamenta.

Para Barba, ser llevado al cine puede ser “bastante agradable” pero a nivel de escritor “no se aprende tampoco gran cosa”, aunque sí reconoce que lo interesante es ver la “aproximación final de una persona ajena al material de uno, y si el resultado no está mal, te llevas una alegría”, celebra.