e l que sigue la consigue, dice el popular refrán castellano, y lo ocurrido en Mediaset con Isabel Pantoja es prueba palpable de semejante circunstancia, y que demuestra que la pasta lo mueve todo, hasta la altiva voluntad de este personaje del circo popular de la telemiseria, que enloquece a miles de consumidores de telerrealidad. Paolo Vasile y sus gestores/mariachis mediáticos siguen empeñados en hacer de la porquería humana piedra angular de sus contenidos y se anuncia un espectacular y colosal Supervivientes en las playas de Honduras con un elenco de personajes que serán materia prima para amores/desamores, traiciones y fidelidades en un ambiente casi extremo de dificultades para poder sobrevivir, en un ejercicio continuado de tramas pordioseras que alumbrarán y animarán la tele en sus tiempos, propiedad del baqueteado Berlusconi.
Los medios hablan de cantidades astronómicas ofrecidas a la viuda del trágico torero, que se embolsará del orden de 80.000 euros por cada semana de actuación en la isla caribeña. El morbo alimentará las audiencias y estas mejorarán la cuenta de resultados de la cadena, que construirá en torno a la cantaora un producto televisivo atractivo y populachero.
La suerte está echada, todos apostarán por la popularidad acrecentada de este personaje digno de novela entre picaresca, romántica y de crónica rosa, material plástico que las huestes de Tele 5 modelarán en importante beneficio, si las cosas marchan y los contenidos basura en torno a Isabel enganchan en los televidentes, entusiasmados por la presencia de la madre de Kiko, otro muñecote a incorporar a la galería de personajes en torno a Pantoja que al parecer no tiene un duro y debe pasar por las fatigas del programita de marras, que hay que hacer caja y papá Vasile es fan enloquecido de la tonadillera de pro, glamur y popular encanto.