exposición. Un día la artista Esther Ferrer soñó que nadaba en un mar de números y al despertarse todos los que le venían a la cabeza eran primos. Así es como la artista se inició en la fascinación sobre las cifras divisibles por sí mismas o por la unidad y cuya máxima cualidad a, su juicio, está en la “ausencia de simetría”. Todo gira en torno a los números primos en la exposición “2, 3, 5, 7, 11, 13, 17, 19, 23...Esther Ferrer” que la artista donostiarra, pionera en España en el arte de las instalaciones desde los años 60, inaugura este viernes en Tabakalera en San Sebastián. Foto: Efe