Estas últimas semanas hemos visto cómo tres proyectos culturales de cuño local han desaparecido o están en peligro de extinción. Hace escasos días, la organización del festival de nuevos lenguajes escénicos inTACTO comunicaba públicamente que este año ha decidido no continuar con esta iniciativa anual. Una iniciativa pensada para mostrar al público de nuestra ciudad los trabajos más arriesgados generados por artistas locales, estatales e internacionales en el ámbito de las artes escénicas. Un festival éste que vimos nacer hace ocho inviernos en la sala Amárica -el último año que este espacio era gestionado por el colectivo de artistas Asamblea Amarika- y que al año siguiente se trasladó a Artium. Desde inTACTO se alega cansancio, pues su equipo gestor no ha conseguido el apoyo institucional -suficiente y constante- para poder desarrollar este proyecto fuera de la situación de precariedad laboral en la que se halla inmerso. Textualmente, los gestores de inTACTO afirmaban: “Como agentes artísticos y culturales, debemos trabajar para actualizar, mejorar y optimizar estas condiciones, y no podemos seguir imponiéndonos a nosotras mismas y a otros profesionales esta situación de precariedad. Continuar con el festival como hasta ahora implicaría estar implícitamente apoyando y legitimando modelos de producción y de gestión insostenibles y perjudiciales para el futuro de las comunidades creativas.”
También hace unos días los organizadores de Mugako, el festival de música avanzada, declaraban que ya no cuentan con el espacio en el que esta iniciativa se había desarrollado en años anteriores: Artium. “Tras varias reuniones mantenidas en los últimos meses con la dirección del museo entendemos que el Festival Mugako ya no tiene cabida en su línea programática. Es lo que deducimos de las nuevas restricciones en cuanto a cesión de espacios, horarios o modelo de propuesta artística que se nos han planteado en los últimos meses desde el museo”, explicaban.
Finalmente, el Freak Festival tampoco se celebrará en Artium este año por lo que sus organizadores -jóvenes que se mueven en la órbita de Gauekoak- están ya buscando una nueva ubicación donde poder llevar a cabo en 2019 la quinta entrega de estas jornadas dedicadas al ocio alternativo. Según han comunicado los responsables de esta actividad, “la nueva dirección” del museo de arte contemporáneo “nos ha denegado los espacios que nos venía dejando desde hace cuatro años”.
Esperemos que estas tres iniciativas no desaparezcan finalmente. Pues de la misma manera que se apoyan grandes proyectos que, según algunos responsables políticos nuestros, generan “marca de ciudad”, los de formato pequeño deben también defenderse dado que la cultura, como ya hemos comentado en ocasiones, funciona como un ecosistema biológico en el que los animales diminutos son tan relevantes como los grandes. Sin aquellos, se desequilibra nuestro hábitat.