Vitoria - No es una decisión tomada a la ligera. De hecho, los motivos que la generan llevan sobre la mesa ya tiempo y que se iba a dar este último paso se sabía desde el pasado diciembre. Es más, este periódico ya publicó que 2019 iba a comenzar con una muy mala noticia para las artes escénicas en Álava. El festival inTACTO, después de ocho años de trabajo con los nuevos lenguajes escénicos y de haberse convertido en una propuesta referencial dentro y fuera del País Vasco, no puede más. La falta de apoyos reales y a la altura de los resultados cuantitativos y cualitativos de la propuesta hacen que sus responsables (el colectivo Factoría de Fuegos) hayan dicho basta.
“Tras una edición 2018 en la que la abrumadora respuesta del público supuso colgar el cartel de entradas agotadas durante dos de las tres jornadas del festival, la organización de inTACTO anuncia un alto en el camino. La falta de apoyo financiero estable y a largo plazo impide alcanzar las condiciones de sostenibilidad y viabilidad necesarias. Esta situación tampoco permite proyectar un futuro más ambicioso para el festival, ni garantizar unas condiciones laborales y de remuneración justas tanto para los y las artistas como para el propio equipo motor del certamen”, se apuntó ayer en una nota a los medios de comunicación.
Cabe recordar que la cita tenía en Artium su sede estable desde hace varios años, un museo que con éste se despide ya de tres festivales culturales para 2019 (los otros son dos Mugako y Freak Festival, aunque la intención de ambos es llevarse a cabo en otros lugares).
Al margen de esta cuestión, los responsables de inTACTO señalaron que la decisión de este paréntesis tal vez definitivo no ha sido nada fácil de tomar: “iniciamos ahora un periodo para reflexionar, de forma más pausada, sobre si inTACTO debe continuar en un futuro y de qué manera”. “Cuando el festival surgió en 2011 -impulsado por un pequeño equipo, con presupuesto y recursos mínimos- entendimos que realizar un esfuerzo de este tipo, gestionando unos recursos limitados, era una necesidad que a corto plazo debíamos aceptar y abordar para generar un nuevo espacio para las artes vivas y la escena contemporánea en nuestra ciudad. Creíamos, y seguimos creyendo, que tanto los artistas como el público de Vitoria-Gasteiz lo merece, y como hemos descubierto con los años, también lo demanda. Sin embargo, nueve años después de aquel inicio, y pese al paulatino crecimiento y reconocimiento del festival, nos encontramos todavía sin el apoyo comprometido, sólido y a largo plazo que un proyecto de esta escala precisa para que sea viable y sostenible (...) Continuar con el festival como hasta ahora implicaría estar implícitamente apoyando y legitimando modelos de producción y de gestión insostenibles y perjudiciales para el futuro de las comunidades creativas”.