Vitoria - A la espera, como ya publicó ayer este periódico, de que en febrero se realice un pase especial en Gasteiz y de que el 1 de marzo, el filme llegue a las salas comerciales, la película Vitoria, 3 de Marzo se estrenó ayer dentro de la Gala EiTB que acogió el Teatro Vitoria Eugenia en el marco de la actual edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián. De hecho, al acto acudieron tanto el consejero de Cultura, Bingen Zupiria, como el diputado general de Álava, Ramiro González, el alcalde de la capital alavesa, Gorka Urtaran, y otros responsables políticos, sin olvidar la presencia de miembros de la Asociación Víctimas 3 de Marzo como Andoni Txasko.

Tampoco faltaron miembros tanto del reparto como de la producción y del equipo técnico de un proyecto que por fin ve la luz tras más de nueve años de trabajo, como ayer por la mañana recordó el director Víctor Cabaco durante el encuentro que se mantuvo con la prensa en el Hotel Londres, cita tras la cual se produjo, además de una proyección especial para prensa y acreditados, la foto de familia con La Concha como telón de fondo.

“Aquí nos reunimos después de muchos años de estar trabajando en este proyecto, aquí está la culminación, además en este festival”, describió el realizador, que subrayó que “lo que pretendemos es emocionar y llegar al público para que recuerden los hechos del 3 de Marzo y los tengan presentes”.

En este mismo sentido, Pako Ruiz, de Sonora Estudios (empresa gasteiztarra co-productora de la cinta junto a Gariza Films), apuntó que “éste es un proyecto complicado por la responsabilidad que tenemos con unos hechos como los que relata. Hay muchas heridas abiertas todavía, hay gente que sigue reclamando justicia más de 40 años después de lo sucedido. Nuestra responsabilidad es apoyar esa reivindicación y reclamación y nuestro granito de arena es ayudar a difundir los hechos”.

Para poder hacerlo realidad, como relató Cabaco, “hemos intentado hacer la película con el máximo realismo posible, estando en las localizaciones donde ocurrieron los hechos”. Con todo, hacer un filme de época “es más caro que si hiciésemos algo de la actualidad. Por ello hemos querido optimizar los medios que hemos tenido para abarcar un proyecto tan grande”. En ese propósito, según el realizador, “hemos tenido mucha colaboración de la ciudad de Vitoria. Su ayuda ha sido muy importante”.