Paula Echevarría ha empezado fuerte el curso escolar de los famosos. Que sepamos no tiene proyecto entre manos a corto plazo, pero sale en las revistas más que cualquier otra actriz a pleno rendimiento. En sus últimas apariciones la hemos visto llevando a su hija al colegio y haciéndose la colega de otras madres. Todo ello muy natural y con notarios de por medio, fotógrafos, eso para que quede constancia de que ejerce de madre.

También tiene opinión sobre la felicidad de su ex. Quiere para él la felicidad pregona al viento, como que va a decir lo contrario y quedar como una bruja piruja. de eso nada, que hay que mantener la imagen. En su blog también nos ofrece consejos y crea tendencias. Muestra sus fotos de verano, su imagen siempre impecable...

En fin, que empieza a ser un poco cansina de ver. Muestra siempre esa sonrisa de dentífrico perfecto y desea que a todo el mundo le vaya bien. Es cierto que se pone una prenda y como sea asequible se agota allá donde se venda. Un ejemplo a seguir para muchas.

Durante años vendió a diestro y siniestro la felicidad matrimonial y a muchos chirriaban los besos y caricias que se prodigaba la pareja Bustamente-Echevarria. Finalmente, se desmoronó el soufflé sentimental, demasiado azúcar.

Ahora, su compañero de Velvet, el actor Miguel Ángel Silvestre, alaba su buen gusto y dice que se ha convertido en la asesora de moda de su madre. ¡Lo que faltaba! Pero bueno, si lo de la interpretación y la publicidad le va mal siempre puede ser un personal shopper. De verdad, qué empacho el de esta mujer. - R. Lakunza