La semana pasada se inauguraba una nueva galería de arte en Gasteiz: Talka Galería. Un espacio gestionado por Gorka Basterretxea, hijo del reconocido artista vasco Nestor Basterretxea. Una galería que no sólo se nos presenta como “nueva”, sino también como “única”. Pues en nuestra ciudad, sorpresivamente, no contábamos con un equipamiento dedicado a la venta de arte contemporáneo desde la bajada de persiana de la galería Trayecto hace un par de años. En resumen y simplificando, una galería de arte es un establecimiento privado que, además de exhibir, difundir, promocionar, los trabajos de ciertos artistas, se dedica a su venta. Cuestión ésta, obviamente, esencial para la subsistencia del propio sector pues permite que los creadores puedan vivir gracias a la comercialización de sus obras. Podríamos pensar que éstos podrían dar salida comercial a sus trabajos directamente, sin la mediación de las galerías, y no nos equivocaríamos. Pero los creadores necesitan -como todos a la hora de abordar cualquier actividad en nuestra sociedad- la triada “saber, poder y querer”. Podríamos pensar también que ya existen espacios públicos de exhibición del trabajo de los artistas, como puedan ser los museos, centros culturales o salas expositivas. Pero, obviamente, en ellas no es posible realizar actividad comercial alguna. Y así, el apoyo desde las administraciones públicas a los artistas se realiza fundamentalmente ofertando becas y ayudas destinadas a la producción y difusión de sus trabajos. También en ocasiones se subvenciona a las galerías de arte para que puedan acudir a las diversas ferias que tienen lugar dentro y fuera de nuestras fronteras. Ferias que se constituyen en encuentros del sector galerístico abiertos al público. En ellas las galerías exponen el trabajo de los artistas con los que trabajan.

Ayer mismo, en el espacio cultural Zas Espazioa, el artista y galerista Fernando Illana, persona que pilotó durante casi tres décadas la ya desaparecida galería con sede en nuestra ciudad -la galería Trayecto, galería que fue referencial no sólo en nuestra ciudad sino más allá de sus altos muros conceptuales- nos explicaba su experiencia al frente de dicho espacio.

Según declaraban los organizadores: “Desde Zas Kultur nos interesaba crear un espacio de reflexión y debate sobre el ámbito del mercado del arte y más específicamente, sobre los contextos galerísticos. Y nos interesa especialmente porque es ésta una temática que nunca había atravesado la puerta de nuestro espacio cultural.”

Gasteiz nunca ha sido un territorio que haya sentido excesivo interés por el mercado del arte. Los espacios dedicados a la venta de arte contemporáneo han sido escasos. Y algunos de ellos, como la desaparecida galería Trayecto, no lo han tenido nada fácil a la hora de desarrollar su actividad. Es por eso que es interesante poner en marcha iniciativas que abran el debate sobre esta problemática, como la que ayer se dio cita en Zas Espazioa.