- “Es el gran conocido y el gran desconocido a la vez. Es la flauta vasca por antonomasia y, sin embargo, hay mucha ignorancia sobre ella y sobre lo que es su buena interpretación. Ahí es donde tenemos y queremos llegar nosotros, a dar calidad y que la gente lo aprecie”. Sobre estas premisas, expresadas por Jose Luis Cantabrana Ochoa, acaba de nacer el proyecto de Araba Txistu Banda, una agrupación que tuvo su estreno ante los espectadores el pasado 11 de marzo con Legutio como escenario, aunque su agenda ya tiene nuevos compromisos a la vista.

De hecho, el próximo día 22, el cuarteto completado por Iker Larrauri Delika, Christian Alemany Arteta y Daniel Compañón Alonso, actuará en el salón de plenos del Ayuntamiento de Donostia junto a los txistularis del Consistorio guipuzcoano para dar forma a un concierto dedicado de manera especial al territorio alavés días antes de la celebración de San Prudencio. “La exigencia, en cuanto a las obras que compusieron el programa del estreno, fue alta. Y ante eso, nos gustó cómo sonamos. Tenemos una manera muy propia de ejecutar las composiciones y queremos darle valor a la música, algo que se va a apreciar en los conciertos”, apunta Cantabrana.

Ha sido a partir de su iniciativa desde la que se ha conformado esta nueva agrupación. “La realidad es que hoy en día, el txistu, bien tocado, se puede escuchar en pocos lugares. Así que mi idea era hacer una banda de txistularis de calidad, para lo que busqué gente de confianza y de nivel alto, intentando también que fueran de otros puntos del territorio, que parece que todo se centraliza siempre en Vitoria cuando la provincia tiene mucho que decir”, describe el músico, que vive en Murgia, donde el pasado 10 de marzo se llevó a cabo el Txistu Eguna y la nonagésima asamblea de la Asociación de Txistularis de Euskal Herria.

Dos voces de txistu más silbote y percusión conforman un proyecto que bajo ningún concepto rechaza el repertorio propio del folklore pero que apuesta por ir más allá, “más a lo que es la investigación de obras musicales y a la interpretación ajustada a nuestra manera de tocar y a nuestra formación. El txistu puede dar más de lo que la mayoría piensa. Parece que al instrumento, la mayoría de la gente lo conoce porque lo ve en las fotografías, porque los blusas lo sacan, y cada vez menos, en fiestas y porque se usa en los aurreskus mal tocados en la boda de alguien. Pero ha habido y sigue habiendo mucha literatura escrita para el txistu que no se ha dado a conocer y es eso es lo que queremos hacer, darle la vuelta a la tortilla”.

Desde estas bases, el grupo no se cierra a ningún tipo de formato, todo lo contrario. “Es un instrumento que ha evolucionado y lo sigue haciendo. El problema es que igual se ha ofrecido mal”. Para ir contra esa tendencia, Araba Txistu Banda quiere ir construyendo su camino, sabiendo que “tenemos una forma especial y propia de tocar”. En este sentido, Cantabrana describe que “cuando un instrumentista se empieza a formar, lo único, por así decirlo, que tiene que hacer es aprender la técnica. Luego, a lo largo de su vida, empieza a degustar la música, comienza a interpretar y a buscar la razón de lo que toca. El txistu no deja de ser una flauta de tres agujeros y sin embargo, con él podemos hacer muchas cosas, podemos expresarnos de diferentes maneras”.