Madrid - Como de la vida de David Bowie ya se ha “escrito mucho” Fran Ruiz y María Hesse, escritor e ilustradora, se han calzado los zapatos del que para ellos es el “Mozart del siglo XX” para contar en primera persona en David Bowie. Una biografía lo que “le pasaba por dentro” mientras hacía “todo lo que hizo”.
Por eso, este libro editado por Lumen -a la venta hoy- no es una biografía al uso, sino una suerte de “novela” con tintes de ciencia ficción que transportará, tanto al amante del artista como al recién llegado a su obra, a todo el universo que creó a lo largo de sus 69 años. “El formato novelado y esos elementos de ciencia ficción son muy coherentes porque la obra de Bowie va de eso, es un representante de la post-modernidad, él era consciente que lo que tenemos son muchas versiones de la realidad. Para tratar la vida de una persona así lo más coherente era novelar”, afirma Ruiz, profesor de Geografía e Historia en un instituto de Secundaria.
Con estos parámetros, ambos autores se han enfrentado a una obra que arranca con ese niño que nació bajo el nombre de David Robert Jones en Brixton, Reino Unido en 1947. Una época ésta, la de su infancia, en la que ambos coinciden en afirmar que se “sorprendieron” al conocer algunos datos. “Lo increíble ha sido descubrir que este Mozart del S.XX realmente era un chico en el que nadie se fijaba especialmente bien, no cantaba especialmente bien, no tocaba bien el saxo. Bowie era una persona que estaba en segunda fila y nadie daba un duro por él. Tenía la idea irrenunciable de que se iba a dedicar a la música y lo que hizo fue trabajar para conseguirlo”, apunta Ruiz. Unas palabras que la ilustradora sevillana -autora de la biografía ilustrada sobre Frida Khalo- comparte porque esta faceta de “perseverancia” también le llamó la atención a ella, quien confiesa que para él Bowie siempre será el Rey de los Goblins, papel que interpretó en la película Dentro del laberinto (1986).
Pero en David Bowie. Una biografía la ciencia ficción entra en juego para describir también momentos de la vida del artista británico como cuando en la década de los setenta pareció bajo el pseudónimo de Ziggy Stardust. “Él personaje de Ziggy fue algo muy elaborado por él, pero crear una metáfora de este trabajo a través de un alienígena que le elige para crear su evangelio nos parecía totalmente coherente con lo que le estaba pasando, porque esa criatura a él le estaba machacando”, explicaron.
A través de un perfecto diálogo entre imagen y texto, Ruiz y Hesse han hilado una historia en la que, según confiesan, no querían caer en la “rigidez” del resto de biografías sobre el creador de Life On Mars? ni en algunos datos que para ellos son “lamentables”. “A mí me parece lamentable leer una biografía de Bowie y que aparezcan referencias a gente que habla del tamaño de su pene. La sexualidad de Bowie me da igual, lo que me interesa es lo que estaba sintiendo en esos momentos y como eso generó la obra que nos ha dado tanta felicidad a tantas personas”, añadió el malagueño. Por eso su compañera no duda en afirmar que se trata de un libro “muy respetuoso” con los “fans reales” de Bowie porque no es “sensacionalista”.
Esta biografía novelada finaliza con la muerte en Nueva York (2016) de este icono camaleónico de la cultura con un pasaje final en el que ponen a reflexionar sobre el dolor que le ocasionaba el cáncer, pero también sobre eso que creen que debió pensar cuando se marchó de este mundo. “No queríamos rebuscar en elementos concretos o circunstancias concretas de antes de su muerte, queríamos hacer de esa muerte un homenaje a toda su vida”, concluyen acerca de este monólogo envuelto en un cielo estrellado que termina con estas palabras: “Pero lo que vi no lo desvelaré”.