En Un mundo feliz, Aldous Huxley dibujaba allá por 1932 una sociedad futura inane, controlada en todos sus aspectos, donde habían sido eliminados conceptos como la familia, el arte o la filosofía. A finales de la década de los 40, fue George Orwell quien publicó 1984, ahondando en el retrato de un mundo ahogado y sometido ante el poder en aras de la consecución de un supuesto bien común. Por entonces no existía Internet (sus orígenes se sitúan en 1969) aunque el nombre del primero y el apellido del segundo le sirvieron a Manuel Llaca para dar los primeros pasos de un proyecto que hoy se ha convertido en libro.
Fue el 18 de marzo de 2016 cuando este “informático que escribe, no un escritor” nacido en Asturias y residente en Gasteiz creó bajo el nombre de Aldous Orwell la página ParcelaDigital, cuyo alumbramiento y desarrollo es la base de El experimento Orwell, el tercer libro del autor tras Sueños de sílice (2009) y CeroUno (2014).
A medio camino entre el ensayo y el manual, el título hace una radiografía que nada tiene que ver con la ciencia ficción de los autores antes mencionados, sino con la experiencia práctica llevada a cabo por Llaca hasta enero de este mismo año. “Llevaba tiempo con la idea de coger una página web e intentar ponerla lo más alto posible partiendo desde cero. Estamos en una época en la que cualquiera tiene una página web. Hoy hay mucha gente que, con unos conocimientos de usurario, incluso llega a ganar dinero con esto”, explica. Sin embargo, frente a los artículos y referencias sobre lo que es imprescindible hacer para tener éxito en este camino (es decir, contar cada vez con más visitas), el autor apostó por ir ensayando distintos caminos en cada ocasión, anotando resultados (buenos y no tanto) y analizando las posibles razones para tomar una senda u otra.
“Va dirigido a cualquier persona que quiera meterse en el mundo de Internet. Tienes que tener unos conocimientos de usuario pero tampoco hace falta ser ningún informático. Tampoco entro demasiado en conceptos técnicos, más allá de que lógicamente hay que hablar de determinadas cuestiones”, describe sobre un trabajo en el que se tratan aspectos como la importancia de las redes sociales, la necesidad de llevarse bien con Google... “Todavía este mundo nos genera miedos, algunos justificados y otros no, pero la realidad es que vivimos en un presente en el que yo, por ejemplo, jamás me hubiese imaginado encontrarme, como lo hago, con mi madre enredando en Facebook”.
De todas formas, hacer realidad este trabajo ha sido también para su creador otro experimento, en este caso editorial. “Es 100% mío, a diferencia de los dos anteriores. Aquí la escritura, la portada, la maquetación, la corrección, la publicación, la gestión del depósito legal... todo lo he hecho yo. Eso no quiere decir ni que sea mejor ni peor que nadie, lo que quiere decir es que los aciertos son míos y los errores también. Prefiero equivocarme y decir que es mío”, apunta Llaca, que de momento no tiene en mente una cuarta referencia, aunque todo se andará.