barcelona - La actriz, escritora y realizadora de documentales Susana Koska (Donostia, 1966) reivindica en su nuevo libro, Mujeres en pie de guerra (Ediciones B), el papel de las mujeres en la Guerra Civil española y denuncia “la gran pérdida de derechos” que supuso para ellas.
Mujeres en pie de guerra fue inicialmente un documental, dirigido por la propia Koska en 2004, con el que pretendió dejar “un testimonio a través de la tradición oral que contara lo que pasó en la calle durante los días de la Guerra Civil, más allá de fechas y cifras”, cuenta la escritora. Tras el éxito de la película, Koska tuvo claro que tenía que escribir un libro “en el que las protagonistas narraran, que respetara su voz”. Por ello, decidió que el formato del libro fuera un collage de fragmentos de entrevistas, el relato de su propia tía escrito a través de cartas, y recortes de periódico, de manera que “si no te apetece leerlo de un tirón puedes ir directamente a lo que dice una mujer o un texto en concreto, sin leerlo de principio a fin”.
En el libro confluye información de otro documental de Koska, Vindicación, estrenado en 2010, que era una continuación de Mujeres en pie de guerra y que arrancaba en 1976, con la primera revista feminista, Vindicación feminista. La autora defiende que “si para todos fue una pérdida de derechos, para las mujeres fue aún peor, porque no podían dar un paso sin permiso del padre o del marido. Además, venían de la República, con la que pudieron tocar el cielo con los dedos, pero se les apagó la luz”.
12 testimonios El libro recoge el testimonio de 12 mujeres, la mayoría de ellas catalanas y vascas, que vivieron la guerra y hace una cronología de los hechos empezando en 1936. “Explican lo que significó para ellas la guerra y el apagón que supuso, cómo la gente tuvo que marcharse, la tragedia de los refugiados, con una mano delante y otra detrás”, según Koska. Aun así, reconoce que “la guerra se vivió de manera muy diferente según en qué partes de España y con 12 narradoras no se consigue hacer una historia oral completa de lo que pasó en todo el país, pero te puedes hacer una idea”. Para Koska, “llegamos tarde a buscar esos relatos, porque apenas quedan mujeres que puedan contar en primera persona lo que pasó en la guerra. Tenemos una herencia que debemos buscar, empezando por escuchar a nuestros abuelos, de los que olvidamos que algún día fueron jóvenes y se echaron a calle”.
La autora denuncia que “en los libros de texto se pasa muy por encima de nuestra historia contemporánea y es muy difícil que los jóvenes se interesen por la Guerra Civil cuando no la conocen, ni se debate en las aulas”. Además, admite que “venimos de una sociedad muy machista, donde la historia la escribían los hombres, por lo que a veces las mujeres han sido borradas. Por ejemplo, la pelea entre Victoria Kent y Clara Campoamor se cuenta más porque dos mujeres se peleaban que porque estuvieran defendiendo el voto”. La directora vasca opina que “a todos nos viene bien saber de dónde venimos y lo que cuesta llegar a lo que tenemos, sobre todo ahora, cuando estamos utilizando palabras tan grandes como refugiados. Nos hablan de refugiados que vienen y parece que a nosotros no nos ha pasado nunca o que no nos va a volver a pasar”. En su caso, el interés le viene desde pequeña, ya que procede de una familia “donde hay una historia marcada por la Guerra Civil”.