BILBAO. El montaje, idea de Paco Bezerra y dirigido por Luis Luque, se estrenó hace 2 años en Madrid y, pese a su arriesgada temática, ha cosechado un gran éxito de público que en muchas ocasiones se siente identificado con la actitud que adoptan los protagonistas.

La pieza teatral escrita por Bezerra relata el combate de los padres de un niño, Luismi, tras enterarse de que es objeto de acoso escolar por sus compañeros en el colegio donde estudia por el hecho de llevar una mochila de la serie de dibujos animados "Mi pequeño Pony", ha explicado en su presentación el actor Roberto Enríquez, protagonista masculino del drama.

Ante esta noticia, "el matrimonio se ve en la disyuntiva de cómo abordar el asunto y, mientras la madre se decanta por preservar la seguridad del hijo, defendiendo que deje de llevar esa mochila contra la voluntad del hijo, el padre opta por defender la libertad del niño a llevar al colegio la mochila que prefiera", ha explicado Enríquez.

"Y ahí se produce la guerra encarnizada entre ambos progenitores por cómo se debe tratar el problema", ha agregado el actor, quien ha precisado que "esos puntos de vista diferentes" de los progenitores es lo que le da fuerza a la pieza.

Ha destacado también la evolución que tiene la trama de la obra ya que "lo que al principio es un problema de nuestro hijo que está sufriendo acoso escolar, acaba derivando en una guerra entre los dos padres por ver cómo se tienen que hacer las cosas y quién tiene razón".

"Al final -ha precisado-, es una guerra de egos en la que lo único que desaparece es el propio niño; los dos pasan por encima del hijo por querer hacer lo mejor para él", ha remarcado.

Enríquez ha precisado que la obra es recibida por los espectadores con un "silencio que se puede cortar con un cuchillo", mientras se desarrolla la trama.

Ha precisado que el público "agradece que se plantee este asunto" en la obra de teatro y que algunos les han hecho llegar que unas veces se sienten identificados con la postura de la madre y otras, con la del padre.

"Todo el mundo se siente identificado con este problema, algunos por experiencia personal, pero, tras representarla en distintos sitios, nos hemos dado cuenta de que es un problema mucho más extendido de lo que nos imaginábamos", ha concluido.