Durante diez semanas consecutivas de finales del año pasado, Kloy Mc fue lanzando los otros tantos temas que componen su nuevo trabajo, 21 gramos sin kortar, a través Internet. Ahora, con el disco disponible tanto en su versión digital como física, llega el momento de los directos. El primer paso será este fin de semana en casa, para llegar el 17 al Antzoki bilbaíno.
En diciembre terminó el proceso de publicar los vídeos correspondientes a cada uno de los temas de su nuevo disco. ¿Con un poco de ansia de que llegue ya el concierto de presentación?
-Sí, claro. Es un proyecto que me ha costado mucho, que llevo preparando desde hace tiempo. De hecho, en el álbum hablo del proceso de creación de un disco, así como de mi momento personal, y de lo que nos está sucediendo política y socialmente. Además, me apetece mucho estar sobre el escenario con mi banda, con Periko Ráez (batería), David Juarez (teclados) y Dj Seks, sin olvidar que a las voces me acompañará Shintoma. Por si fuera poco, antes de que salgamos nosotros estará Vegas presentando también su nuevo trabajo.
¿Le preocupa ese tránsito del sonido desde el disco al directo?
-No porque creo que son dos cosas diferentes y pienso que el público también lo entiende así. Al fin y al cabo, los instrumentos reales en directo tienen más pegada y ver cómo se fabrica la música al momento me parece que tiene un atractivo por sí mismo. Eso no quiere decir que en el directo se pierda el concepto del disco. Ahí está también lo que va a ir lanzando Dj Seks.
¿Habrá alguna sorpresa?
-Alguna (risas). Tengo previsto que estén presentes todos los elementos del hip hop.
En Helldorado se pueden escuchar muchos estilos a lo largo del año, pero es verdad que la marca de la casa es el rock and roll. ¿Cómo se va a sentir?
-Es verdad que su programación tira más al rock and roll, pero para mí es, también, el sitio de Gasteiz que se lleva la palma en cuanto a propuestas de música negra que han pisado la ciudad. Además, está en mi barrio, y para mí primero está Adurza y luego Vitoria. Además, es un espacio que tiene una magia y un encanto muy bien trabajados a lo largo de los años. Así que me voy a sentir muy cómodo, como en casa.
¿Cómo ha vivido todo el proceso de lanzar las canciones a través de vídeos en Internet durante diez semanas? ¿Satisfecho?
-Lo he vivido a gusto, aunque también ha sido mucho estrés porque ha sido vivir por y para ello durante ese periodo. Pero bueno, ha sido un periodo con mucha ilusión y energía. Tal vez esperaba otro tipo de repercusión, aunque tampoco me molesta. Las visitas de Youtube no es algo a lo que le otorgue credibilidad. El público real no está en Youtube, está en la calle y en los conciertos. La parte positiva que le veo a esos vídeos es que son una buena carta de presentación. El que no me conozca puede ver así que no trato temáticas simples tipo mi chorra es la más larga y llevo una cadena de oro. Trato diversas cuestiones y le doy mucha importancia a la musicalidad. De hecho, estamos muy acostumbrados a que la voz cantante sea la más importante de una banda. No es así. Es más, yo, de mi proyecto, soy el 10%. Los productores, los músicos, las colaboraciones... son el 90% de este disco. Todo eso hay que cuidarlo mucho, tratando de buscar un punto diferente al rap habitual, al convencional, que ya me aburre un poco. Después de 15 años en esto, yo trato de divertirme, no hay más. Lo que me queda es disfrutar y hacer las cosas con energía e ilusión. Sigo escribiendo canciones para intentar cambiar el mundo, aunque sea complicado.
El disco, en su versión física, saldrá este viernes. ¿Todavía le hace gracia esto de tener algo palpable entre las manos?
-Realmente, esto es dejarte la pasta con los ojos cerrados. Lo único que me hace ilusión de verdad es tocar con mis músicos y tratar de hacer disfrutar a la gente. El hip hop no es una música para mover el cuello y poner cara de malo. Esto se puede bailar y se hace para disfrutar. Es la única sensación con la que me quedo. ¿Lo otro? Ya te digo, la música es un palmar pasta continuamente. Lo que pasa es que si me das a elegir entre felicidad y dinero, me quedo con lo primero. La música es mi refugio. Es verdad que es un refugio caro, una suite, pero es esencial. No hay nada mejor que rapear cuatro frases delante de una persona mirándole a los ojos y con una sonrisa en la cara.
¿Cómo viene este 2018?
-Aún se está configurando la agenda pero tenemos idea de tocar mucho en verano. De todas formas, queremos ir paso a paso. Ahora toca Helldorado y el día 17 estar en el Antzoki de Bilbao. A partir de ahí iremos caminando. Pero poco a poco, porque también las condiciones que te ofrecen en la mayoría de sitios son una mierda. Yo toco por amor al arte pero exijo que mi tiempo me lo paguen. Vivimos en un país en el que la calidad de tu música va vinculada a la importancia que te den los medios. A mí, la mayoría no me quieren ni ver porque digo verdades. Así que estamos cerrando la agenda pero poco a poco para, por lo menos, no perder dinero.