londres - Las apuestas sobre la familia real británica están al alza, en vista de acontecimientos como el próximo nacimiento del tercer hijo de los duques de Cambridge o la boda del príncipe Harry con la actriz Meghan Markle.

Jugarse el dinero sobre cuestiones políticas y sociales es una costumbre en el Reino Unido, un país donde, según comentó Rupert Adams, portavoz de la casa de apuestas William Hill, es tradición que “todo el mundo tenga una opinión y la defienda apostando por ella”. Debido al alto nivel de participación de la sociedad en este tipo de juegos, muchas voces destacan la importancia de las casas de apuestas como indicadores políticos y sociales en el Reino Unido. En cuanto al color del vestido que llevará la actriz Meghan Markle en su boda, a día de hoy el rendimiento está a 9/2 en que no será blanco, ya que es divorciada, lo que significa que por cada dos libras apostadas la casa de apuestas devolverá nueve si finalmente es así, y también se juega sobre si Enrique se afeitará la barba para el enlace, explicó Adams. Algunas cosas, sin embargo, están tan claras que no merecen apuestas: “Estoy seguro de que el rey Felipe VI estará invitado a la boda -apostilló el portavoz- y más considerando que asistió a la ceremonia de los duques de Cambridge”. - Efe