Burlesque y rock. Evil Eva (Eva Guerrero) camina con paso firme sobre estos dos pilares básicos. Lo hace tanto en sus actuaciones como en sus clases, incluso en estos tiempos de dominio de lo políticamente correcto.

Ya conocen Helldorado, donde han estado en un par de ocasiones...

-Es un público del rock and roll que es de lo más entregado que te puedas encontrar. Tengo un recuerdo muy bueno de las dos actuaciones que hemos tenido en Helldorado. Lo que pasa es que llevamos un tiempo sin actuar por allí por diferentes circunstancias de nuestra vida (risas). De hecho, en el último año hemos estado un poco en stand by pero ahora ya estamos a tope.

Vamos, con ganas de volver.

-Sí, sí, con muchas. En Vitoria estuve el año pasado, pero actuando sola. Y el 5 de mayo de este 2018 regresaré para dar una clase magistral. Pero bueno, ahora nos toca lo de este viernes, que además es abriendo para Mike Sanchez, que es un lujo.

Puede que alguno piense que si ya les vio en 2014 y 2015, no necesita repetir ahora.

-El espectáculo nunca es igual, ni aunque ocurra dos días seguidos. Además, siempre vamos cambiando números, incluyendo nuevas cosas... Con respecto a lo de hace tres años, también tenemos una nueva maestra de ceremonias, Amaia, que es de Bilbao. Es fabulosa. Tremenda toda ella. Le da un ritmo al show que es increíble. De todas formas, ya te comento, aunque vinieras varios días seguidos no te encontrarías con lo mismo. Nos sucede aquí, en Madrid, que tenemos un público fiel que viene siempre y encuentra situaciones y matices nuevos.

En estos tiempos de dominio de lo políticamente correcto, ¿es complicado mantener su apuesta?

-Se puede malinterpretar lo que hacemos. Más allá de lo que alguna gente pueda pensar, lo que nosotros hacemos no está dirigido a los hombres, no es un espectáculo sexista. Hay gente que lo puede ver al contrario, como los hay que piensan que esa mujer que está dando el pecho en la calle está haciendo algo impuro. La suciedad está en la mirada del que observa, no en el hecho en sí. Vivimos una época de censura que se nos está escapando de las manos. Lo que nosotros hacemos es un espectáculo de mujeres, hecho para mujeres. El burlesque, de hecho, una de las cosas que trata es de empoderar a la mujer. Nosotras somos mujeres libres, poderosas, que nos divertimos y que no demonizamos la sexualidad. Nos divertimos con nuestros cuerpos y lo que tratamos es echar abajo los estereotipos físicos y de comportamiento que se nos han impuesto y se nos siguen imponiendo desde la sociedad.

Es decir, se trata...

-De disfrutar, de divertirse, de vivir consciente, plena y libre, también tu sexualidad. No creo que tenga que justificarme ante nadie y mucho menos ante quienes supuestamente quieren nuestra libertad. Es un tema peliagudo porque te encuentras con gente que, en teoría, lucha por nuestros derechos y libertades, cuando en realidad lo que está haciendo es coartar nuestro libre albedrío. El burlesque no está hecho para contentar a los hombres, sino que está enfocado al disfrute de y para una misma, y para empoderarse a través del cuerpo, de la sensualidad, de la sexualidad, de la seducción y del juego. De hecho, en el burlesque, la mayor parte del público en otros países está conformado por mujeres. ¿Que enseñamos el cuerpo? Sí. Bueno, es que hasta dónde yo sé, el cuerpo no es nada malo (risas). La paradoja que se está dando ahora es que hay quien nos intenta liberar censurando determinados comportamientos. Pero ya te digo, el burlesque es algo que se hace desde una y para una. Lo veo en mis clases, por ejemplo.

¿En qué sentido?

-Vienen mujeres de distintos estratos sociales, edades y fisionomías, mujeres que en algunos casos salen de enfermedades como el cáncer... y si vieses la transformación que se hace en ellas, te quedarías sorprendido. Empiezan a disfrutar de su cuerpo, a aceptarse, a disfrutar de sí mismas. Vamos, que todo esto no tiene nada que ver con dar el gusto al patriarcado (risas).

Por cierto, ¿es muy complicado enseñar y aprender?

-Para aprender, lo único que necesitas es tener ganas de disfrutar y la mente abierta. Algunas de las mujeres que acuden, por supuesto, al principio llegan con sus pudores y vergüenzas, pero poco a poco se van liberando. Además, el burlesque es una disciplina muy amplia, que se puede enfocar desde la danza, como es mi caso, pero también desde otros terrenos. Bueno, y los hombres también hacen burlesque. Es un arte muy abierto y rico.

¿The Malvados: acompañantes o sin ellos esto no sería lo mismo?

-Es evidente que sin ellos el espectáculo no es igual. Además, son unos músicos de categoría. El montaje, con la música en directo, gana muchísimo. Pero también es verdad que lo que nosotros hacemos no es, como pasa en otros casos, que existe un grupo de música que, además, lleva bailarinas. Es al revés. Somos las chicas quienes llevamos a una banda que nos da apoyo. El show está centrado en nosotras, sin que eso les reste importancia a ellos. Además, ellos cada vez están más integrados en el baile. Hacen sus numeritos (risas). Pero vamos, está claro que sin ellos no es igual.