madrid - Peter Lindbergh hace de la fotografía de moda, la antimoda. Un estilo particular, donde la esencia de la modelo, la actriz, el personaje en definitiva, es quien captura al objetivo con una imagen real, lejana del glamour acostumbrado, y que ahora se compila en el libro Shadows on the Wall.

Habitual retratista de las revistas de moda más importantes del mundo, Lindbergh no entiende la fotografía como un vehículo para vender ropa, “para mí es algo que habla del espíritu, de la mujer”, explicaba durante una de sus exposiciones en Rotterdam.

Cuando Lindbergh (Leszno-Polonia 1944) fotografía, su intención viaja más allá de lo puramente estético y se concentra en el alma de la mujer que posa, para atraparla, para que confiese sus más íntimos pensamientos, una desnudez a la que no se da un “no” por respuesta, en sesiones sin apenas maquillaje, vestidas con sencillas prendas, donde el blanco y negro son los reyes.

Shadows on the Wall (Taschen) recopila imágenes de mujeres sutiles, difíciles de olvidar, fotografías que muestran una belleza distinta, desde otro ángulo, de Charlotte Rampling, Penélope Cruz, Uma Thurman, Zhang Ziyi o Robin Wright, retratadas entre 2015 y 2016. - Efe