Bilbao - A Su ta Gar les avalan tres décadas como el mejor grupo heavy euskaldun. En Durango presentan estos días Antzokietan, un doble CD y DVD en directo que plasma la gira de presentación de su último disco, el templado Maitasunari pasioa.

La de Durango es cita obligada...

-Desde que empezamos a gestionarnos, en 2006, cogemos un estand propio y metemos muchas horas aquí, hablando y firmando a los fans. Es un apoyo que Su ta Gar necesita porque la inversión realizada es alta y no tenemos una discográfica detrás. Son días de mucho estrés aunque siempre sale tiempo para hacer compras de los últimos proyectos de colegas y compartir experiencias con ellos.

¡Quién les iba a decir en 1991, cuando editaron su debut, ‘Jaiotze basatia’, y se movían por los gaztetxes, que iban a actuar en el Arriaga, el Gayarre, el Principal o el Victoria Eugenia!

-La verdad es que no me lo hubiera creído. Y no hay que irse tan lejos tampoco. Hace tres años no lo hubiera imaginado, pero la experiencia ha sido muy buena, todo un pasote.

¿Qué ha ocurrido en este largo camino que lo ha hecho posible?

-Que nuestro último disco, Maitasunari pasioa, era especial debido al tipo de canciones que incluía, menos rápidas. Y nos pareció idóneo para presentarlo de manera diferente a la habitual, a la de salas y antzokis. Pensamos que sería mejor que la gente estuviera sentada aunque el formato del concierto no fuera acústico. Y la selección del repertorio también incluyó temas más tranquilos y otros menos tocados antes de las canciones más míticas.

Creo que la bola fue creciendo, poco a poco.

-Sí, empezamos tocando algunas puertas y todo se disparó. Nos dimos cuenta de que la respuesta podía ser buena y nos fuimos también a los teatros de las capitales. Son cuatro teatros míticos.

Tal gira y su reflejo actual no habrían sido posibles sin una buena acogida a ‘Maitasunari pasioa’. Era un trabajo más pausado pero que mantenía la ‘esencia Su ta Gar’.

-Sí, así lo siento. Eran canciones más tranquilas en velocidad y tienen menos doble bombo. Una cosa son los arreglos y la vestimenta, y otra esa esencia nuestra porque también incluye mucha fuerza e intensidad. Los seguidores se dieron cuenta y respondieron muy bien al disco y a la gira, que era irrepetible por el hecho diferencial del disco.

La gira fue especial también en los horarios.

-Sí, muchos conciertos fueron a las ocho de la tarde, sin tanto volumen como el habitual, y la gente aprovechó para venir en familia, con hijos incluidos. Lo vimos como un subidón y una sorpresa ver a txikis desde los tres años. Fue una gozada que quisimos inmortalizar porque no son experiencias que vivamos a diario. Nuestra dinámica no es esta. Así, queda para la posteridad.