Miles de exploradores conquistaron ayer el universo de la creatividad, que durante esta semana tiene fijada su capital en Durango. El desembarco en la 52ª edición de la Azoka se produjo desde primera hora de la mañana y desafió a la gélida temperatura de la localidad vizcaína, que amaneció con termómetros cercanos a las cifras bajo cero. Por el contrario, el ambiente dentro del Landako Gunea se fue caldeando poco a poco, aunque en los primeros compases de la jornada eran pocos los valientes que se atrevían a desprenderse de sus abrigos y pasearlos bajo el brazo. Los gorros, los guantes y las bufandas no estaban de sobra por incómodos que fueran para ojear los productos.

La apertura de las puertas no emuló las típicas estampas salvajes de los grandes almacenes al comienzo de una época de rebajas, pero el constante goteo de asistentes que se produjo posteriormente no tenía nada que envidiarles. La bienvenida la dio una pieza creada para la ocasión y ejecutada por Martxel Rodríguez, integrante del espectáculo Oskara de Kukai Dantza y nominado a los premios Max como mejor intérprete masculino. Poco después, el público comenzó a arremolinarse en torno a los 240 estands que componen este año la ineludible cita con la cultura vasca. Tras una primera toma de contacto entre los pasillos para sondear las más de 400 novedades que presenta la Azoka, los visitantes no tardaron en echarse la mano al bolsillo para realizar las primeras adquisiciones.

Al contrario que en años anteriores, el perfil de los asistentes durante la primera jornada de la feria fue de mayor edad, ya que el Ikasle Eguna -el día dedicado preferentemente a los estudiantes- se ha pospuesto a hoy para sortear la festividad celebrada ayer. No obstante, la presencia de jóvenes tampoco fue escasa o, al menos, no se constataba eso al observar las largas colas que se formaron en la firma de discos de Zea Mays. Asier, Rubén, Iñaki y Aiora, los componentes de la famosa banda vizcaína, se hincharon a rubricar sus trabajos ante un reguero de seguidores entregados.

Al mediodía tan solo había que echar un vistazo al aparcamiento del pabellón y a las plazas de las calles adyacentes para certificar el éxito de afluencia que supuso la primera jornada de esta quincuagésimo segunda edición. Muchas familias aprovecharon el día festivo en Hegoalde para acercarse hasta el Landako Gunea, donde uno de los principales atractivos para ellos fue la visita del escritor Xabier Olaso. El autor otxandiarra, premio Euskadi de Literatura Infantil y Juvenil en 2005, recibió el calor de muchos niños que crecen leyendo sus obras. Ayer presentaba Iker ikerlariaren iratzargailua, una nueva aventura que hará las delicias de todos ellos; sobre todo, de los fanáticos del mundo de la invención. Los visitantes también pudieron disfrutar, por ejemplo, de la presentación de dos largometrajes experimentales de José Antonio Sistiaga, autor del cartel de esta edición.

La Azoka dio su pistoletazo inicial de forma oficial con el acto inaugural en el que la escritora usurbildarra Yolanda Arrieta ejerció como maestra de ceremonias. Antes de que interpretara su performance, representantes de las instituciones impulsoras de la cita quisieron destacar su importancia dentro del calendario cultural vasco y coincidieron en subrayar lo apropiado del eslogan escogido para esta nueva edición: Sormenaren lurraldea DA!.

LA CULTURA COMO INVERSIÓN La presidenta de la asociación Gerediaga, Nerea Mujika, dio la bienvenida a todos los “ciudadanos del universo de la creatividad”, a quienes invitó a celebrar la cultura bajo el paraguas de la feria, “un espejo en el que se reflejan muchas disciplinas”. La representante de la entidad organizadora definió el evento como “el mayor exponente” de la industria cultural vasca y origen de la creación de sinergias entre autores y compradores. “Hemos convertido los libros en alimento y la música en bebida. Y con la Azoka no tenemos ni hambre ni sed”, ejemplificó.

Asimismo, reivindicó la necesidad de invertir más recursos en un campo que también crea riqueza. “Para recibir, primero hay que dar, y al final acabamos recibiendo más de lo que damos. La Azoka es muy generosa”, se congratuló. Según dijo, la cita está abierta a todo el público independientemente de su edad o de sus gustos. “Se trata de compartir una forma de entender el mundo, ya sea enviando por WhatsApp una imagen de lo que has comprado, subiendo una historia a Instagram con tu ídolo o sintiéndote nervioso en la firma de discos de tu grupo favorito”, señaló Mujika.

Al evento de inauguración asistieron también diferentes representantes políticos, como el diputado general de Bizkaia, Unai Rementeria, y la secretaria general del PSE, Idoia Mendia. Acudió, de igual forma, el consejero de Cultura y Política Lingüística, Bingen Zupiria, quien señaló la necesidad de dar un impulso al uso del euskera para hacer de él un idioma atractivo, especialmente a ojos de las nuevas generaciones. En ese esfuerzo, tal y como defendió, “las instituciones públicas debemos ayudar a la creación poniendo los recursos necesarios”. En este mismo sentido, resaltó la importancia de que la ciudadanía exija a sus mandatarios las infraestructuras necesarias para reforzar la industria cultural vasca con eventos como este. “La Azoka nos da la opción de acercarnos a los creadores y de recordarles que necesitamos sus creaciones”, enfatizó.

Por su parte, su homóloga en la Diputación Foral de Bizkaia, Lorea Bilbao, ensalzó la feria como “un ejemplo perfecto de la colaboración público-privada” en el importante ejercicio que representa la transmisión de la cultura. “Si hemos llegado hasta aquí es por el esfuerzo del trabajo entre todos. Debemos dar las gracias a todos los que mueven toda esta maquinaria cultural y que hacen de esta una tierra rica”, incidió.

Finalmente, la alcaldesa de Durango, Aitziber Irigoras, reivindicó la importancia de la cita anual para la localidad, convertida estos días en un hervidero de gente. “Es el momento de agradecer el esfuerzo de todos los durangarras, un factor imprescindible para el éxito de la Azoka, un espacio para quererlo, amarlo y protegerlo”, requirió. En su opinión, todos -no solo los vecinos del pueblo- debemos convertirnos en embajadores para “ayudar a construir la sociedad de la creatividad”.